La NFL, fifí y delicada
Primero cancelan el nuevo aigriopuerto, luego no pelan a las 57 personas que fueron a la marcha fifí a exigir “No más consultas” en vez de “No más sangre” y ahora le dan crank al partido de la NFL entre los Jefes de Kansas City y los Carneros de Los Ángeles que tendría verificación en el sagrado Estadio Azteca, solo porque la NFL cree que el pasto sagrado donde juegan El Horrible Peralta y Cauteruccio, en el que se pasea Peláez como león enjaulado y cual gacela El Piojo Herrera, está pal perro.
Casi que dicen que esa grama donde desfilan ingrávidos y gentiles aguiluchos y cruzazulinos está en peores condiciones que lo que queda del PAN, lo poco que hay del PRI y la morralla aún existente del PRD. No se vale. Todo debe ser culpa de la cuarta transformación.
Tan así que siempre no va a venir Donald Trump a la toma de posesión de AMLOVE (a quien pudiera pensar que para no toparse de noche, de bajada y en sentido contrario con Maduro y verse obligado a zanjar sus diferencias en un duelo de reguetón, pero no; en realidad no viene a México nada más para llevarle la contraria a Yeidckol Polevnsky) y mucho menos Juanga, que al igual que el viejo nuevo aigriopuerto nomás no va a resucitar. Ya lo único que nos queda para entretenernos a los wanafifís como yo es el show de El Chapo Guzmán que, al ritmo malsano de “el que pega primero pega dos veces”, acusó a mi licenciado Peña y al probo Calderón de ser no solo un peligro para México, sino de ser beneficiarios de millones dólares del cártel de Sinaloa. Imposible, ni que fueran de Odebrecht.
Sería, de acuerdo con la propia terminología de don Enrique, un salto simplemente cuántico.
Igualito que el del estadio Azteca, que parece potrero desde los tiempos de Pajarito Cortez. Le hubieran llamado al Cuau para que les arreglara el desmadrito a fuerza de cuatemiñas; ya ve cómo es de la NFL, fifí y delicada. Nada más falta que tampoco hayan querido tener el Monday night Football porque según las últimas encuestas del Inegi, los policías que iban a resguardar todo el tinglado están muy gordos.
A los wanafifís ya solo nos queda para entretenernos el show de El Chapo
Guzmán