Omisos y sumisos: cómplices al fin
Al hablar de los actores que con su trabajo nos habrán de llevar a la generación de espacios que tengan las condiciones adecuadas para la participación ciudadana en la deliberación de los asuntos públicos; es menester señalar las figuras de organización ciudadana que, por su origen y causa eficiente, implican la representación social de grupos o sectores de la población, como son: Colegios de profesionistas, cámaras empresariales o institutos de investigación.
Este tipo de organizaciones no gubernamentales serían, para el caso, el contrapeso natural que permitiese -desde su posición vigilante y crítica de las políticas y programas públicos- la construcción o generación de auténtica gobernanza.
La ausencia de opinión de estos grupos en el debate público o, peor aún, su presencia insustancial, permite al gobierno el control de los procesos de consulta y participación ciudadana, simulando -y legitimando para la estadística- el cumplimiento de requisitos para la elaboración de planes y programas públicos.
Ante esta silente y aparentemente cómplice omisión, algunas asociaciones y organizaciones vecinales como el Parlamento de Colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara o la Red Metropolitana en defensa de las Áreas Verdes, se agrupan en torno a temas de interés público para cubrir, de forma supletoria, la necesidad de representación en la deliberación de los asuntos públicos.
En un aparente intento por coartar estas libertades, controlar el debate y minimizar sus efectos sobre las decisiones públicas, los gobiernos locales han creado, en tiempos recientes, figuras “espejo” que son controladas desde la administración pública que permiten el control corporativo sobre el pensamiento social adiestrado o adoctrinado. Es necesario entonces, ejercer de forma responsable la condición de ciudadanía libre y crítica; participando y reclamando la apertura y respeto de los escasos espacios y herramientas de opinión ciudadana.
Por tales motivos, consideramos que las organizaciones no gubernamentales, las instituciones, las cámaras empresariales y los colegios de profesionistas, la sociedad civil organizada y aun los individuos que tengamos interés en participar en los asuntos públicos, debemos mostrar una mejor disposición para capacitarnos y construir condiciones ciudadanas a efectos de generar y exigir esos espacios de opinión informada y proveer soporte cívico para que los gobiernos comprendan que unidos podemos y debemos consolidar la gobernanza. La innovación en democracia habrá de procurar, precisamente, que ocurran condiciones para ejercer los derechos de apertura en _ el proceso de instauración de sistemas y normas para garantizar la viabilidad del desarrollo humano en los asentamientos humanos y vigilar la calidad ambiental que lo hará factible y perdurable.