QUE
el alcalde panista de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, destapó una de sus influencias en materia política que ni sus más allegados compañeros de partido se imaginaban: el priista Arturo Montiel, quien usaba como eslogan de campaña la desafortunada frase “Los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”. Encolerizado por la llegada de una de las caravanas de centroamericanos a esa ciudad histórica de migrantes, a la que llamó “hordas”, pidió a la autoridad federal “aplicar el 33” a esos “pésimos extranjeros” y sentenció en entrevista con nuestro colega Alejandro Domínguez: “Los derechos humanos son para los humanos derechos”. Ups.