Narcos y la culpa mexicana
Hay muchas cosas que podemos decir sobre la temporada 4 de la serie en la que al final, lo que era la ruta de la cocaína llega a México para instalarse aquí. La primera es que, aunque no es un documental, sin duda tiene más y mejor investigación que muchos de ellos, y en estos tiempos en los que sin la menor duda vivimos las consecuencias, día a día, de lo que estamos viendo en esa pantalla de Netflix, es entretenimiento que duele. Las actuaciones están magistrales y en lo personal estoy gozando al ver a quienes considero muchos de los mejores actores de México interpretando a estos tipos de nuestras pesadillas.
Me parece que hay algo muy importante que decir al respecto: esta no pudo haber sido una decisión fácil para Diego Luna, Chema Yaspik y Rodrigo Murray, por ejemplo, porque saben que hay una fuerte corriente de pensamiento que critica toda serie que ponga sobra la mesa este tema. Pero, como dijo en algún momento Diego en un tuit: “Primero véanla y luego opinemos”.
Estoy de acuerdo. La estoy viendo y mi opinión es que escondernos de nuestra realidad no va a cambiarla. Prefiero saber que gente responsable y talentosa toma las riendas de esta narrativa y nos explica como ha estado ligada la autoridad con los maleantes que hoy nos tienen como nos tienen. Además, ver a quienes han hecho tantas cosas juntos, como por ejemplo Las obras completas de William Shakespeare o Cock, enfrentar esta como una temática más en su trayectoria, me parece muy valioso y una continuidad de trabajo y amistad que se va a ver en todo el mundo.
No. Yo no soy de las que tienen miedo de que la gente vea y se lleve una mala impresión del país. Para el caso tendría miedo de que vieran las noticias.Peroeldíaadíadifícilmentevaaestar tan informado como la retrospectiva de más de 50 años de corrupción y ambicióndespiadadaquepodemosverenesta pantalla.
Es un enorme espejo, en el que nos debemos asomar y ver que parte del rompecabezas
formamos
Meparecequeescomounenormeespejo, con sus distorsiones naturales, claro,perounoenelquetodosnosdebemos asomaryverquépartedelrompecabezas formamos. Y qué implica para nosotros hoy en día. Muchas personas contestaron en redes sociales a mis reacciones iniciales a este de fin de semana televisiva (que combinado con el Corona Capital … híjole, no respondo esta semana) y sí, muchas insistían en preguntarle a los actores “¿por qué lo hicieron?” . Y ahí mismo vi como muchos otros decían que Robert DeNiro y Al Pacino han hecho mafiosos toda su carrera y no han sido juzgados por ello.
De hecho, sí lo han sido y estoy segura de que nuestros actores, los que lo hacen con responsabilidad histórica y no a modo de telenovela, se van a dar cuenta en breve que esta muy combinada crítica pasará. La razón es muy sencilla, el problema no es la serie: es la realidad. Entendiéndola un poco mejor, quiero pensar, que algo aprenderemos.
¿Que si me siento culpable de que me entretenga tanto algo tan trágico y terrible respecto a lo que pasó y sigue pasando en nuestro país? Sí, la verdad un poquito. Pero luego me doy cuenta de que la gente se entera de las cosas en el entretenimiento estos días que no sabría de otra forma.
Que la información noticiosa que nos llega ahora esta diseñada para agradar y generar clics, más que para informar, y veo el valor que tiene una fascinante, violenta e inteligente serie (que no me atrevería a decir que es de denuncia, pero sí bastante didáctica) que nos pega tan cerca … y se me pasa.
¡Qué alguien me explique!
¿En que competencia que se tome enserio pueden ir frente a frente Maluma vs. Laufourcade? Y aunque ella no lo sostenga (por motivos entendibles) yo sí me unoalacampañade#TodasSomosNatalia como protesta por la calidad de la música latina más popular del mundo.