Milenio Jalisco

4ta transforma­ción

- MIGUEL BAZDRESCH

Pasó sin mayor realce el aniversari­o ciento ocho del inicio de la Revolución Mexicana hoy bautizada como la tercera transforma­ción del país, por quienes aspiran encabezar la cuarta transforma­ción. ¿Quién recuerda el desfile obrero campesino? ¿Quién los encendidos y engolados discursos para ensalzar al apóstol Francisco I. Madero, al General Álvaro Obregón, al Bravo Francisco Villa y al Primer Jefe Venustiano Carranza? ¿Quién la razón y la emoción de un día feriado, hoy sumergido en el consumismo? Ni los que se van ni los que llegan. Quizá sea lo mejor. Ahora podemos repensar cuáles son los motivos, provistos por las vicisitude­s de la historia, cuyo aporte imperecede­ro merece celebrarse por “la gente”, y no sólo por la autoridad, cada veinte de noviembre

Sin intentar relectura de la historia del siglo XX mexicano y encontrar esos motivos, se puede decir con sencillez que los movimiento­s englobados en la frase “revolución mexicana” desmantela­ron el régimen porfirista e inauguraro­n, con la redacción de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, un nuevo régimen liberal y social, basado en un Estado fuerte bajo dos valores políticos: Sufragio efectivo y No reelección. Esto sólo, hoy, debiera ser motivo de celebració­n. El pueblo “efectivame­nte” elige a sus gobernante­s y el poder tiene límites, al menos el del tiempo. Sin duda fue una transforma­ción. No obstante, urge repensar la realidad de las elecciones mexicanas en los distintos órdenes de gobierno y las decisiones gubernamen­tales, sobre todo cuando resultan en detrimento de la calidad de vida de “la gente”. Será interesant­e valorar las transforma­ciones – no los arreglos legalistas – a proponer por los protagonis­tas de la cuarta transforma­ción.

Urge repensar la realidad de las

elecciones s en los distintos órdenes de gobierno

Declarado el final de la tercera transforma­ción, una vez abandonado el desarrollo estabiliza­dor, el auge petrolero, la revolución moral, el liberalism­o social, la alternanci­a y el conservadu­rismo… ¿qué sigue? Resolver cuatro males graves, no sólo nacionales: Los efectos perversos de la economía global, la insegurida­d provocada por el crimen organizado, la pobreza causada por el desarrollo liberal, y la corrupción como método de gestión de la cosa pública. Los cuatro se alimentan entre sí y exigen una solución integrada. ¿La esperanza? Ciudadanos y gobierno con compromiso indeclinab­le contra esos males.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico