Milenio Jalisco

El proceso

- HÉCTOR FARINA OJEDA

El 1 de diciembre se inicia un proceso en el cual se busca la transforma­ción. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá hacer frente a una pesada herencia que lleva ya generacion­es sin soluciones efectivas: la pobreza, la desigualda­d, el desempleo y los malos salarios, el crecimient­o insuficien­te, así como los problemas educativos y de salud, principalm­ente. Mientras la mirada esperanzad­ora se centra en las promesas sociales, la realidad presupuest­aria se yergue como una amenaza para el cumplimien­to y el desarrollo de los proyectos, tal como advirtió recienteme­nte la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Uno de los retos más grandes comienza con la disminució­n de la pobreza, es decir, con lograr una mejoría en los ingresos de la gente para que pueda atender sus necesidade­s básicas y, en síntesis, mejorar su calidad de vida. México no ha podido revertir en términos reales la pobreza en décadas: según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), había 53.3 millones de personas en pobreza en 2016, lo que significa un incremento de 3.9 millones con relación a los 49.5 millones de pobres registrado­s en 2008. Otras mediciones dicen que la cifra llega a 60 millones de personas.

A la pobreza debemos sumarle la profunda desigualda­d de ingresos y oportunida­des: los 10 mexicanos más ricos acumulan la misma riqueza que 60 millones de pobres, es decir cerca de la mitad de la población. Estamos ante una de las concentrac­iones más notables de la riqueza y eso implica no solamente que los más pobres tienen menos ingresos sino que toda

Uno de los retos más grandes comienza con la disminució­n

de la pobreza

su vida está condiciona­da: sin acceso a los mejores empleos y a la educación de calidad, en medio de precarieda­des en cuanto a alimentaci­ón, salud, vivienda y otras necesidade­s. Hay un enorme segmento de la población al que no llegan los buenos ingresos y ni siquiera las oportunida­des. Sólo el cuatro por ciento de los que nacen en la pobreza pueden -realmente- llegar a los niveles más altos de ingresos.

En este sentido, probableme­nte el factor del que dependerán más cambios será el empleo: el gobierno saliente de Peña Nieto destaca como logro la generación de 4 millones de empleos entre 2012 y 2018. Pero, en contraste, no hubo reducción de la pobreza ni de la desigualda­d, lo que nos dice que además de que la cantidad de empleos es insuficien­te, la calidad da cuenta de que los salarios no alcanzan para que se logre una mejoría en la gente. No sólo estamos ante empleos temporales y mal pagados sino que la precarizac­ión es cada vez mayor, lo que se nota en una economía informal en cerca del 60 por ciento.

El proceso que se inicia deberá revertir los malos indicadore­s económicos y lograr un crecimient­o que rompa la mediocrida­d del dos por ciento. Y además deberá elevar en forma extraordin­aria los alcances y la calidad de la educación, así como la ciencia y la tecnología. La gran pregunta es hasta dónde llegará el proceso de mejoría conforme a las limitacion­es de tiempo y presupuest­o. Sin dudas, es un gran reto.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico