#DéjenseAhí
Rituales mexicanos: para luchar contra la procacidad y la ordinariez, se le reproduce exponencialmente, aquí, allá y acullá (gracias a esto, los niños te saludan con la frase Paco Ignacio Taibo II que se ha popularizado gracias a
La Liga de la decencia va a exigir con lágrimas en los ojos que lo quemen
en leña verde
los medios y las redes sociales que suponen que el entrecomillado los absuelve); para combatir la vulgaridad hay que ser todavía más procaz y ordinario (en mi caso, para cuestionarme, señalarme y criticarme por estar en desacuerdo con el imperio de lo políticamente correcto, mis trolls han llevado el albur a niveles que rebasan no solo el ya célebre dicho Tabiano, sino a cualquiera de esos yutubers y estandoperos que para hacer reír solo saben decir pendejos y chingatumadres); y que en esta cruzada contra lo soez, los guerreros del buen decir están condenados a asirse a lo solemne como a un clavo ardiente, y renunciar al sentido del humor.
En cualquier momento, no obstante que ya el escritor lamentó sus dichos, la Liga de la decencia va a exigir con lágrimas en los ojos y las mandíbulas apretadas que lo quemen en leña verde. Hoy, como nunca antes en la historia reciente de México, todo nos puede, todo nos hace miembros de la Liga de la decencia, todo nos pone como la niña de El Aro. Lo que antes nos hubiera generado un "¡No me chingues, Paco Ignacio, ahora sí te pasaste!", se ha convertido en un homenaje al espíritu de mírame y no me toques que todo me puede.
Todos estamos de acuerdo, incluso su propio autor, que la frase fue ordinaria, soez, vulgar, procaz; pero de ahí a convertirla en una fuente inagotable de melodrama ranchero, es una jalada. Sobre todo cuando hemos llegado a lecturas en las que las palabras (que no voy a repetir aquí por respeto a las buenas conciencias que se han extasiado en su repetición a la manera de un loop infinito) del maese han llegado a confundirlas como una burla a las luchas feministas, apoyo a los feminicidios, un ataque a la comunidad LGBTT métete que te metas Teté; e incluso un llamado contra la adopción de perritos, un exceso.
No sean gachos, #DéjenseAhí.