Hasta entre fífís hay clases
En el ejercicio de su derecho a disentir, mexicanos en desacuerdo con la Cuarta transformation volvieron a salir a las calles a advertir sobre los peligros para México que alberga un nuevo régimen al que definen como un proyecto que devendrá en una mala imitación de la Venezuela de Maduro. La banda fifí salió a las calles decidida a borrar del mapa el espíritu del primer día de Amlove en el poder (digo, cómo se atreven dejar que el populacho entre a Los Pinos, donde todavía se puede captar el perfume de La Gaviota y sus criaturas, cómo es que se aspira a que el neoliberalismo sea menos salvaje que el capitalismo de donde proviene) con todo el derecho que les asiste su buena cuna, su excelente posición social y su gusto exquisito.
No es el triste pueblo supuestamente bueno que atiborró las urnas con su voto y colmó la plancha del Zócalo con su izquierdismo rancio, sino la gente bien née que se niega a caer en las trampas del populismo neocomunista.
Tan mal ha resultado el triunfo electoral de Morena, que ha obligado a fuerzas venturosas y sensibles como las del PAN a verse en la penosa necesidad de exigir justicia para Ayotzinapa, un tema en el que siempre estuvo muy comprometido.
Y qué decir del PRI, que con tal de mostrarse como una fuerza fuertemente opositora, ha anunciado su lucha contra la impunidad y la corrupción, poniendo en peligro su propia supervivencia.
Me gusta la idea de esta oposición que le pone su veladora a los Chicago boys, conservadora, de derecha y yunquista que no se deja mangonear. Lástima que su marcha fuera según los más optimistas de alrdededor de 800 personas.
Uno hubiera pensado que con el bullicio que hacen en las redes serían mucho más que dos, lo cual nos deja dos posibilidades: o hay mucho falso fifí que no sería aceptado por los auténticos fifís debido a su mediocres resultados en su intento por ser fifís; o los verdaderos fifís, y no sus tristes imitadores, ya se fueron del país como prometieron desde el principio. De ser así, mis respetos”.
Hasta entre fifís hay clases.
Me gusta la idea de esta oposición que le pone su veladora a los Chicago boys y es conservadora