Enrique Alfaro y un dêja vù
Una de las claves para administrar un conflicto político radica, my friend, en establecer un vínculo permanente, un objetivo común con el adversario. La figura propuesta por el presidente López Obrador de los superdelegados ha levantado ámpulas en el círculo de los gobernadores de oposición. Argumentan que no se está respetando el federalismo y su cacareada autonomía, pese a que en el pasado arropados por este concepto se llevaron a cabo deleznables desfiguros en el manejo y uso de los recursos públicos que pasaron a contribuir esa merecida abundancia. La corrupción institucional para el manejo discreto de partidas presupuestales como motto de gobierno.
Ante el tsunami moreno a muchos gobernadores de la oposición se les limitaron los espacios y uno que se vuelve una joya en los contrapesos se llama Conago. Ahí no hay aplanadora, sino voces de los mandatarios estatales para definir, consensuar y construir alianzas. Una de las figuras que más ha expresado su incomodidad ante esa estrategia del gobierno federal y sus superdelegados es la del gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro.
A partir de la construcción de una narrativa reforzada por su comunicación política, el próximo gobernador está cimentando un conjunto de estrategias utilizadas para impactar a la ciudadanía y conseguir un consenso respecto al discurso que intenta posicionar y que gira alrededor de esos superdelegados y la seguridad pública. ¿Un dêja vù de aquel jefe de Gobierno del PRD en 2000?
Alfaro se levanta con firmeza y parece querer construir un liderazgo dentro de la oposición y en ese juego de poder y palabras, de ajedrez político pues... se coloca en el top of mind del Presidente, quien hace alusión a su figura y al derecho de disentir en su estrategia, ambos negando una (evidente) confrontación. ¿Estamos ante lo que será el próximo espectáculo entendido como consumo político? Aunque, claro, para que todo esto funcione deberán, ambos, dar resultados tangibles e inmediatos en materia de seguridad…
Por la mirilla
En esta volátil mezcla de civiles y militares en lo que será la Guardia Nacional, ¿quién es hoy el primer respondiente?
El tsunami moreno limitó los espacios a varios gobernadores