Con gol tempranero, Rayados se lleva ventaja al Azteca ante Cruz Azul
Liga Mx. Monterrey se impuso en la ida de las semifinales a un Cruz Azul extraviado que deberá remontar en el Azteca
Y justo en el momento decisivo Cruz Azul decidió jugar su peor partido. Confundido, sin conexión y repetitivo, La Máquina de Caixinha sucumbió por 1-0 ante un Monterrey intenso, que demostró que no es el mismo que hace algunas semanas cayó en la Final de Copa.
Porque este Rayados tuvo oficio y vértigo. Anotó rápido y controló los hilos del partido. Nunca sufrió de más, incluso, parece que se quedó cortó en el resultado. Aun así la renta es positiva para ir al Azteca y tumbar al líder.
Y es que mientras Cruz Azul fue apático en los primeros compases del juego, Rayados salió como una tromba, cortando los circuitos de La Máquina, una presión alta que le trajo dividendos, pues solo le tomó tres minutos para adelantarse en el marcador.
Dorlan Pabón recibió un balón por sector derecho, trató de centrar, pero Elías Hernández tapó; sin embargo, la pelota le volvió a quedar al colombiano y ahora sí colgó un pase preciso a la ubicación de Rodolfo Pizarro, quien solo tuvo que girar el cuello para mandar el esférico a las redes. 1-0 para Monterrey.
A Cruz Azul le costó asimilar el mazazo, como pudo se ordenó en defensa, pero vio con angustia como dos centros de Jesús Gallardo pasaron frente a la portería de Corona. El equipo de Caixinha estaba desenchufado, perdiendo muy rápido la pelota.
Fue hasta el minuto 18 que tuvo su aproximación más importante, cuando Pablo Aguilar sacó un trazo largo casi desde el mediocampo y a la carrera de Elías Hernández, quien conectó un sólido testarazo que obligó una enorme atajada de Marcelo Barovero. Sí, la primera de La Máquina y la única que tuvo en el juego.
Después de eso, Cruz Azul se ahogó con la presión de Rayados, que a través de latigazos largos y un Pizarro en buen estado generaba mayores problemas. Así se esfumó el primer tiempo, con un Monterrey sólido e incisivo.
El paso por los vestidores no trajo mejoría alguna en Cruz Azul, otra vez sometido a la intensidad de Rayados. Es más, al 49’ el local perdonó el 2-0. Funes Mori recibió una pelota y aguantó hasta la llegada de Dorlan para cedérsela; el colombiano, después de intentar un disparo, sacó un centro bombeado que le llegó a Gallardo, pero el extremo prefirió pasar antes de disparar.
La Máquina era dominada y por eso Ca ixinha no esperó mucho para mover a su banca. Sacó a Édgar Méndez y mandó a Milton Caraglio, dos puntas para tener más presencia al ataque.
Pero no, no era la noche de Cruz Azul, que aunque tenía algunas leves aproximaciones, no lograba inquietar la portería de Barovero, quien solo se había aplicado en una llegada de Roberto Alvarado.
En cambio, Rayados era muy peligroso en sus contragolpes. En uno, Rogelio Funes Mori controló la pelota y sacó una volea que pasó muy cerca de la portería de Corona. La Máquina no se encontraba y por eso Pedro mandó su segundo movimiento, ahora sacó a Elías y metió al ecuatoriano Ángel Mena.
Le quedaban 15 minutos al conjunto cruzazulino para igualar el partido o mantener la diferencia de un gol. No pasó lo primero, pero sí lo segundo.
Monterrey cerró bien los espacios y mantuvo la pelota en los
pies. Estuvo cerca del segundo tanto cuando Funes Mori sacó un zurdazo que se fue a estrellar en la base del poste. Así Rayados mantuvo a raya a La Máquina, incluso con esa sensación de haber podido ampliar la ventaja.
Se le esfumaron los primeros 90 minutos al conjunto de Pedro Caixinha. En el peor momento se le ocurrió dar uno de los partidos más flojos de toda la temporada; sin embargo, el recuento de los daños señala que solo es un gol de diferencia. No parece tan grave como pudo haber sido.
El sábado en el Azteca, Cruz Azul está obligado a ganar 1-0, y si Rayados le marca uno tendrá que ser por dos; nada imposible, pero sí una tarea complicada si vuelve a errar como lo hizo en la ida.
El camino hacia la gloria tiene sus baches inevitables y Monterrey resultó ser uno muy incómodo por el oficio que maneja, es más, al grado que está cerca de descarrilar a esta Máquina.
“Estamos comprometidos y queremos que todos estén de la misma manera que nosotros” Robert D. Siboldi Entrenador del Veracruz