Un novato con historia
El vértigo que produce un lugar tan expuesto como la banca del Real Madrid, apenas ha dejado tiempo para familiarizarse con la figura de Santiago Solari: un entrenador de juveniles al que le encargaron un equipo de señores. El riesgo es tan grande como la responsabilidad, porque ningún club en el mundo es observado con tanta meticulosidad y ningún técnico es juzgado con tanto escrúpulo como el del Madrid. Ocupado por un joven o por un veterano, es un puesto que genera tendencia. Las primeras semanas de Solari han sido un vendaval: recomponer un vestuario, ganar partidos, escalar posiciones, encontrar un sistema, confirmar su trabajo, firmar un contrato decidir, sacrificar, calificar; y comunicar sus decisiones al mundo sin alterar el equilibrio humano de un grupo de jugadores susceptible a los símbolos. Cualquier palabra de más o cualquier gesto de menos, puede causar un conflicto. Por ahora, y en función de su experiencia, Solari ha transitado con maestría por los largos y oscuros caminos del Bernabéu. Conduce un equipo de 500 caballos de fuerza con la prudencia de un abuelo. ¿En dónde encontró un entrenador sin trayectoria la sabiduría para dirigir al poderoso Real Madrid? En la institución. Solari utiliza su libro de historia como un manual. Del Real Madrid pueden decirse muchas cosas, pero cuando acude a sus memorias para resolver problemas es ejemplar. Con ocho victorias en nueve partidos y tras una tremenda crisis institucional, el ejemplo de Solari, un novato en el banquillo más rancio del futbol mundial, confirmaquelosprincipiosmásantiguos,puedenser vanguardia.