Con esa
extraordinaria capacidad que tienen los diputados de complicar todo y procastinar cualquier actividad que les corresponde -excepto cobrar su dieta-, será hasta el sábado y por la noche cuando sesionen para discutir abiertamente y aprobar el presupuesto del estado para el próximo año. Es decir, estirarán la liga al límite para forzar más, o un arreglo o una imposición.
Hasta mañana podrían aprobar la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos del 2018. Llama la atención no solo el descuerdo reinante, sino que al mandar esa sesión a fin de semana y estar encima los tiempos navideños, prácticamente se tendrán las condiciones propicias para que negocien en lo oscurito, operen recortes a programas sociales o apliquen aumentos inusuales sin tantos reflectores encima. Ya veremos si esa era la intención.