Escasa atención a la educación
Ayer 15 de diciembre se presentó el llamado “paquete económico” ante la representación nacional encarnada en la Honorable Cámara de Diputados. Se cumple así con un procedimiento legal por el cual el poder ejecutivo somete a la soberanía popular su iniciativa de ley de ingresos, y la iniciativa de presupuesto de egresos. Es decir, cómo espera obtener dinero y cómo se propone gastarlo. La agenda nacional ha priorizado este tema hace ya varias semanas. En cambio, la educación nacional apenas tuvo reflectores un par de días. Cuando se anuncia el subsidio para que jóvenes puedan estudiar y trabajar. Y cuando se presentó la iniciativa de reforma para cancelar ciertas disposiciones actuales, introducidas por el gobierno anterior seis años atrás.
Se confirma así la escasa atención de este régimen a la educación. Tal hecho no reduce la importancia crucial de atender la educación en este país. Al lado de la salud es una materia de la cual dependen las probabilidades del progreso en México. Más allá de reformas y contra reformas es res- catable, entre otros, el propósito, ya muy reiterado, de lograr “calidad de la educación”. Esta enigmática expresión, según muchas voces de actores interesados, es una de las claves para relacionar educación y progreso del país.
Los conocimientos disponibles acerca de la tal calidad dicen que no depende significativamente de la “política educativa”. Sí bien es valioso, para el ánimo nacional, que el gobierno declare ese propósito, lograrlo discurre por otros caminos y decisiones.
Una de las notas de la calidad educativa es la relevancia del aprendizaje. Se trata de que el estudiante aprenda aquello que le proporcione elementos para comprenderse, comprender a los otros y com- prender el mundo en cual vive. De ahí que estudiar, por ejemplo, historia, no es para memorizar hechos reportados en la vida nacional, sino para comprender por qué sucedieron y las consecuencias de estos. Lograrlo depende del estudiante sí, y de la ayuda de profesores, padres y compañeros. Por tanto, de que estos ayudantes comprendan tal relevancia y se propongan juntos colaborar en un método de ayuda. Tales requisitos, ayuda, colaboración y método, se logra cuando cada escuela dispone de un proyecto y condiciones para ejecutarlo y, ojo, cuando el logro puede ser evaluado por la sociedad. Nada fácil. En educación, veremos.
Se confirma la escasa atención de este régimen a la educación