Confianza en el futuro
Desde que recuerdo he escuchado que nuestro idioma es uno de los más ricos del mundo, aun así, en ocasiones expresamos una palabra equivocadamente y asumimos que comunica lo que queremos comunicar. Con ese equivoco, la palabra mal expresada echa raíces en nuestro hablar y adquiere una nueva acepción, tal es el caso de la palabra confianza.
Confianza no es llevarse de piquete de ombligo con alguien, como equivocadamente suponemos. Confianza es acción de confiar; es creer que una persona o entidad sea capaz de actuar de manera adecuada. La confianza es una hipótesis acerca de algo en lo que creemos (confiamos). Es la creencia persistente que se alberga referente a una situación determinada. La confianza se refuerza en función de las acciones que emprendamos: En Dios confiando y con el mazo dando.
Para refrendar su confianza en nuestro México, un grupo de empresarios jaliscienses ha integrado un organismo denominado: Consejo Estatal de Empresarios de Jalisco (CEEJ). Quienes participan en este Consejo confían en el futuro de México y en nuestras instituciones. Están dispuestos a invertir y trabajar para generar oportunidades de negocios y fuentes de empleo en la entidad. No obstante, algunos sectores, los mismos que por décadas, en contubernio con los gobiernos explotaron a la población durante 90 años, manifiestan su descontento porque perderán sus canonjías debido a la implementación del nuevo régimen federal.
Ese “selecto” grupo de notables; políticos y empresarios beneficiados durante nueve décadas por el poder, representan el 7 por ciento de la población, los demás el 93 por ciento. De acuerdo al Coneval el 43.8 por ciento de los mexicanos –más de 53 millones-- subsisten en la pobreza. El resto es la clase media en proceso de extinción. Con el surgimiento de grupos empresariales como el CEEJ las condiciones económico-sociales cambiarán y nuestro estado será más próspero.
Los números no mienten
En 2017, el 1por ciento de los mexicanos más ricos concentró el 28 por ciento de la riqueza del país, cuatro puntos porcentuales más que la riqueza que tenían en el año 2000. Mientras que los niveles de pobreza por ingresos se quedaron igual en el mismo periodo: informe México 2017 de la organización Oxfam.
Este proceso de enriquecimiento solapado por el poder político, se ha dado a costa de la población. Durante la vigencia del Neoliberalismo en nuestro país, los “beneficios” se quedaron en manos de unos cuantos. El problema no es la riqueza, sino la desigual manera como se reparte. Esta situación debe cambiar.
Corolario
Con organismos empresariales comprometidos con el desarrollo de nuestra nación, como el Consejo Estatal de Empresarios de Jalisco, el futuro se ve promisorio, la brecha entre ricos y pobres se reducirá. Afortunadamente existen empresarios que confían en las causas de México. Empresarios con conciencia social. Este es el momento de depositar nuestra confianza en el futuro. Si no ahora, ¿cuándo? En hora buena, CEEJ.
El problema no es la riqueza, sino la desigual manera como se reparte