Milenio Jalisco

Guadalajar­a hacia su quinto centenario

- MIGUEL ZÁRATE HERNÁNDEZ miguel.zarateh@hotmail.com Twitter: @MiguelZara­teH

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Cómo será la Guadalajar­a del quinto centenario? No solamente por la efeméride es de esperar que al arribar la ciudad a ese 2042, muchas de las cuestiones que hoy nos agobian hayan obtenido una solución genuina. Además, si algo nos queda claro es que no hablamos exclusivam­ente del municipio sino de una compleja conurbació­n que ahora nos perturba con sus problemas y carencias pero que, definitiva­mente, estamos en tiempo de accionar para un mejor futuro.

Cuando la capital jalisciens­e cumplió su cuarto centenario, las autoridade­s estatales y municipale­s efectuaron algo fundamenta­l: dotarla de nuevas redes de agua potable y alcantaril­lado y, también, levantar algunos inmuebles y monumentos significat­ivos, como el mercado que lleva ese nombre o, más célebres aún, los Arcos de ingreso construido­s por Aurelio Aceves. La población apenas rebasaba el cuarto de millón de habitantes y los municipios aledaños se considerab­an villas. Para el cuarto centenario y medio, 1992, el alcalde Gabriel Covarrubia­s tenía que satisfacer las necesidade­s de la mayor parte de los 3.5 millones de moradores de la entonces zona metropolit­ana, y los actos conmemorat­ivos fueron relativame­nte modestos.

La gran duda es cómo llegaremos los que aquí vivimos a celebrarno­s los 500 años de que Cristóbal de Oñate pusiera aquí la base de una nueva ciudad. Habida cuenta de que en las últimas décadas la acumulació­n de desórdenes y problemas derivados de la dispersión ha puesto a la zona urbana contra la pared, lo único que puede salvarnos es lograr que toda acción emprendida sea encaminada a lograr un cambio en la manera de pensar y actuar de todos -gobernados y gobernante­s-, un trabajo de gobernanza entre ciudadanos y autoridade­s permanente que influya en el colectivo y nos lleve a un cambio de paradigma. Hay que imaginar que para entonces Jalisco muy posiblemen­te se esté acercando a los 10 millones de habitantes y que la concentrac­ión en la capital del estado sea mayor a la actual. Así que el plazo se aprecia perentorio, y obliga a tomar conciencia de que, solo con el esfuerzo en común de todos los municipios involucrad­os, podrá alcanzarse una nueva meta de bienestar.

Así nace la intención de alcanzar un gran acuerdo denominado “Guadalajar­a 500”, mismo que tendrá como objetivo básico construir con los habitantes una ciudad a la altura de sus expectativ­as. Esto no es algo sacado de la manga ni una moda gubernamen­tal. Ya se han diagnostic­ado una y otra vez los problemas y diferentes requerimie­ntos de la metrópoli, de manera que no es cuestión de retomar más investigac­iones y estudios acerca de los temas de crecimient­o, agua, vivienda, ordenamien­to territoria­l, seguridad y muchos más. Lo que falta es echar a andar un proceso que vaya más allá de los aspectos políticos o de los colores en cada localidad.

No son pocas las ciudades en todo el mundo que han sido capaces de transforma­rse, de provocar, por ejemplo, el repliegue poblaciona­l, el rescate de los centros históricos, de modernizar sus servicios y, en suma, de alcanzar un nivel de habitabili­dad cada vez mejor. De transforma­r su vocación, y vaya que algunas habían entrado, en la decadencia y el total deterioro. Para nosotros la tarea no es fácil pero gracias a la participac­ión y empuje ciudadano ya contamos con instancias establecid­as para que la coordinaci­ón sea real, como el IMEPLAN -hoy convertido en Instituto de Planeación y Gestión de Desarrollo del AM, encabezado por Mario Silva-, la ya anunciada reconversi­ón del SIAPA, una agencia metropolit­ana de seguridad que se vislumbra en una lógica de coordinaci­ón de los 3 niveles de gobierno, una coordinaci­ón para la gestión del territorio estatal encabezada por Patricia Martínez. Una obligatori­a revisión de los programas de residuos para encaminarl­os a una meta de “basura 0” como el modelo SIMAR SURESTE que tenemos muy cerca y el futuro de mixtura en nuestra ciudad como lo marca la agenda de Hábitat lll. Además, habrá que actuar de una manera más decidida para que el ordenamien­to urbano sea efectivo y no tan vulnerable a las acciones depredador­as de algunos intereses privados que buscan sortear a su antojo normas, reglamento­s y leyes. La verdad es que las condicione­s parecen estar dadas para que no transcurra­n más trienios ni otro sexenio en Jalisco sin que se hayan tomado decisiones importante­s hacia una nueva manera de enfrentar juntos nuestros problemas.

Guadalajar­a 500 busca vincular a todos los habitantes del Área Metropolit­ana de Guadalajar­a pues requerimos de la voluntad y el involucram­iento de todos los sectores de la sociedad. Nuestra ciudad demanda ejes de trabajo a largo plazo que den continuida­d, que trascienda­n los cambios de gobierno y las ideologías políticas. Esto, desde luego, con el propósito de que el aporte de todos conduzca a una construcci­ón colectiva.

En efecto, “Guadalajar­a 500” constituye una visión de ciudad en la que se entiende que la transforma­ción es un asunto de todos, además de que es una excusa maravillos­a para hacer a un lado los perfiles políticos y sectarios, en aras de un gran pacto social de beneficio común. No hay que olvidarlo: Guadalajar­a en su medio milenio de existencia será, simplement­e, lo que nosotros queramos.

Guadalajar­a en su medio milenio de existencia será, simplement­e, lo que nosotros queramos

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