Presupuesto federal 2019
Para cualquier institución, el presupuesto es el instrumento de lo probable. A partir de ello, identificamos prioridades y no prioridades. En el caso del gobierno federal, las prioridades son claras.
En términos conceptuales, el mayor incremento se presenta en el ramo de la seguridad, con casi un doce por ciento. El problema es que se da a costa de la militarización del país y del debilitamiento de las policías locales y estatales.
El segundo rubro beneficiado es el social, donde el programa de jóvenes y adultos mayores, absorben una parte sustancial de su costo. El problema es que quienes están haciendo el censo, son militantes de Morena y muy posiblemente, su destino final sea alimentar la maquinaria electoral de Morena.
Otro rubro beneficiado es el de infraestructura, donde, las joyas de la corona son los proyectos destinados a rehabilitar seis refinerías, iniciar la construcción de una más, y el inverosímil proyecto del tren Maya. Nuevamente, hay un problema, mientras el mundo avanza hacia la generación de energías limpias, acá se destinarán 75 mil millones de pesos en combustibles fósiles, depredando manglares en Tabasco y con asignaciones directas. Por otra parte, el tren Maya inicia su construcción en una ceremonia para pedirle permiso a la tierra, sin haber presentado un solo estudio. El simbolismo y la magia, por encima de la ley y la normatividad.
Ahora bien, ¿qué temas no son prioridad? De entrada, la cultura, que sufrirá un recorte de mil millones de pesos. La salud, que sufrirá recorte. La investigación científica y social. La Universidad Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional a las que les quitarán recursos para dárselos a las universidades patito de AMLO.
La promoción y apoyo al campo se quedarán sin 15 mil millones de pesos. Los organismos autónomos recibirán menos presupuesto; pero el peor de los golpes, es la desaparición de recursos para los estados y municipios.
El caso de Jalisco es grave. El presidente, le da la espalda al urgente proyecto del Río Santiago, a Puerto Vallarta y la construcción de su libramiento, y a la movilidad de cinco millones de habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara, al no dar un solo peso para el arranque de la construcción de la línea cuatro.
En síntesis, el proyecto de presupuesto favorece el clientelismo, a la visión energética del siglo pasado, al capricho de construir un tren sin sustento y al centralismo económico que se traduce en control político.
El presupuesto prueba y comprueba que la cuarta transformación es una transformación de cuarta; pensada para fortalecer un proyecto político y restaurar las peores prácticas del pasado. La pesadilla comienza.
El presupuesto prueba que la cuarta transformación es una transformación de cuarta