Consulta a la Madre Tierra
Esta nueva forma de sondeo le gusta sobremanera a Gamés. Bien pensado, se encuentra en un nivel superior a la de las mil casillas, urnas que duermen en casa de militantes de Morena, preguntas con objetivo predestinado...
Re pan tiga do en el mullido sillón d el amplísimo estudio, Gil pensaba en la Madre Tierra. Ella será consultada (ah, una voz pasiva) en un ritual de pueblos originarios para quede alguna forma misteriosaotorgue su permiso para la construcción del Tren Maya. El diálogo que Gil imagina lo sobre coge. Presidente Lió pez: Madre Tierra. ¿Me escuchas? MT: te oigo, hijo mío, elegido, único, irrepetible. PLO: Vengo a ofrendarte un tren maya que traerá justicia social, ¿te late la idea, Madre Tierra? MT: me late chocolate, hijo mío? Desde tiempos inmemoriales necesitábamos aquí un tren maya. PLO: Juro ante ti, Madre Tierra, que generaremos empleos y salvo unos pedazos de selva que nos vamos a quemar y unos cuantos jaguar es que por desgracia morirán, todo seguirá igual, no igual,mejor.MT:adarlealoscaminosdehierro, y cualquier cosa que se te ofrezca aquí estoy. Recuerda que formo parte de la Cuarta Transformación.
Esta nueva forma de consulta le gusta sobremanera a Gamés. Bien pensado, se encuentra en un nivel superior a la consulta con mil casillas, urnas que duermen en casa de militantes de Morena, preguntas con objetivo predestinado.
Ahora se le puede preguntar a los Montes y los Valles. Oigan ustedes, Montes y Valles: ¿están de acuerdo en que se construyan 100 universidades? A veces los Montes y los Valles tardan en responder, pero siempre se expresan. Amigos y amigas de la Cuarta Transformación: andan ustedes un tanto cuanto místicos. Dios quiera y no le vayan a preguntar a la Madre Tierra asuntos de finanzas públicas porque la MT es muy voluble. En fon.
Nada sirve para nada
A la picota. El seguro popular ha muerto. Cuánto costó, quiénes trabajaron en él, qué partes han sido útiles en ese programa, todo esto importa una almendra (ya quedamos, un poco más que un cacahuate). A la cuarta transformación la domina una ansiedad destructiva. El presidente Liópez fundará un sistema de salud pública que garantice atención médica de calidad y medicamentos gratuitos. La decisión se debe, según el Presidente, a que “el llamado Seguro Popular es evidente que no ha funcionado, que ni es seguro ni es popular”.
Es verdad que el Presidente señaló que ese cambio será de manera paulatina y aquellas personas que tienen este seguro van a seguir incorporados al programa hasta que entre en funciones el plan “Salud y Bienestar”.
Liópez Obrador destacó que en la última consulta popular sobre los programas prioritarios de su sexenio, el que obtuvo más votación fue el de mejorar los servicios de salud, incluso por arriba del de la pensión a adultos mayores, el cual goza de amplia aceptación entre la población a escala nacional. El Presidente afirmó que se dispone de un presupuesto de 90 mil millones de pesos, a los que se agregarán 25 mil más para los ocho estados que se sumen al sistema de salud. Adelantó que la Secretaría de Salud tendrá un presupuesto adicional de 50 mil, mientras que prometió que tanto el IMSS como el Issste tendrán más presupuesto, sin especificar montos. El plan para federalizar los servicios de salud iniciará en ocho estados y cada seis meses se van a incorporar ocho estados más. “Este año es para 16 estados, el año próximo otros 16 y en dos años vamos a tener un nuevo sistema de salud pública”. Gil se abraza. Con la Cuarta Transformación todo parece sencillo, todo puede lograrse en un abrir y cerrar de ajos, o como se diga.
Liópez Obrador aseguró que se eliminará el cuadro básico de medicamentos, por lo que ahora habrá acceso a todos los medicamentos en el nuevo sistema de salud, sin importar su costo. Sostuvo que es consciente de que hay muchos medicamentos caros, pero que “alcanzará porque no va a haber corrupción”. Si desaparece la corrupción aparece el bienestar en todos los órdenes de la vida mexicana. Pobre Gamés, hay días en que está convencido de que nuestro mundo es alucinante. Por cierto, Gilga quiere medicinas, muchas medicinas.
Se puede preguntar a Montes y Valles: ¿están de acuerdo en construir 100 universidades?
Destruir al mal salario
La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, llamó a la iniciativa privada a bajar los altos salarios de sus empleados para que se ajusten a los del servicio público. Ella dijo que no dijo lo que dijo. Y Gil lo entiende porque él mismo muchas veces no sabe lo que dice.
Todo es muy raro, caracho, como diría Cantinflas: “Hay momentos en la vida que son realmente momentáneos.
Gil s’en va