“México sobre Nicaragua apela a la política de ‘no intervención’”
Mañana, 18 de diciembre, se cumplirán ocho meses de crisis socio política en Nicaragua. Del 18 de abril pasado ala fecha, su man más de 250 personas fallecidas, más de 2,500 heridos, más de tres mil detenidos, perdidas económicas que superan los mil millones de dólares, migraciones de nicaragüenses que abandonan su país, principalmente hacia Costa Rica. Ruta que vaticina un colapso de proporciones mayores. Colapso que tiene como centro dinamizador a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta de ese país.
Paulo Abrāo, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tuiteó el pasado viernes 15 de diciembre: “Se acelera la cuarta fase de la represión en #Nicaragua: la consolidación de un Estado de Excepción con decretos policiales o actos legislativos que intentan mantener‘ aparienciade legalidad’ para medidas que restringen y afectan los contenidos esenciales de los derechos humanos” (ver http://bit.ly/2UP3Ttm).
Para Abrāo , la “primera fase”, de abril a julio, se caracterizó por la “represión tradicional con el uso desmedido de la fuerza de la policía directamente contra los manifestantes”; la segunda fase, “Operación Limpieza”, tuvo como objetivo eliminar barricadas (tranques)”, pero con la acción de paramilitares y policías contra la población civil; la tercer fase consistió enl acrimina liza ción de los manifestantes( principalmente jóvenes ), bajo el argumento-narrativa de la dupla Ortega-Muril lo de con tenerla intentona de golpe de estado.
Conta la Iglesia católica, obispos y sacerdotes, señalados por Ortega-Murillo como la cabeza de golpe de estado, ha optado por una campaña de descalificación y descrédito, en busca de minar su legitimidad. Ahora, anticipa Abrāo, la cuarta etapa represiva va contra promotores de derechos humanos y comunicadores. Esto se concretizó el 10 de diciembre, cuando prohibió a organizaciones manifestarse en el marco de la celebración delos 70 años dela Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El nuevo gobierno federal de México fija su posición sobre Nicaragua apelando la política de “no intervención” y “autodeterminación de los pueblos ”; sin embargo, la“no intervención” y“auto determinación” se ha convertido en una intervención y determinación cómplice de lo que sucede en ese país.
México fija su posición sobre Nicaragua apelando a la “no intervención”