Melodrama huachicolero
Mi carnal @oscarchacaloso, mejor conocido en los bajos fondos como Oscar Arenas Aréchiga, vive en Guadalajara, donde la falta de distribución del preciado líquido, es decir la gasolina, ha tenido rudos efectos. Pero sin hacerle a la mamá campanita ni entrarle al melodrama huachicolero, como muchos que conozco que se la pasan en modo trágico cual émulos de Libertad Lamarque, ya cuando tuvo verdadera necesidad fue a hacer la fila a la gasolinera y esperó su turno mientras avanzaba con voracidad en la lectura de Henning Mankell, el máster sagrado de la novela policiaca moderna.
A lo mejor algunos hasta pueden mejorar su lectura de comprensión de la realidad como nuestros ex presichentes empecinados en cuestionarlo todo, siendo que durante sus sexenios el huachicoleo creció poco más de 3000 por ciento. Si en esa proporción hubiera crecido el producto interno bruto, estaríamos a dos de ser suecos.
Por eso me gusta cuando Jelipillo Calderón calla porque está como ausente, y de seguro preparando alguna frase tuitera para superar al gran Bronco, que cuando crees que ya no puede ser más culto y sabio saca, cual mago de su chistera, frases del tipo “¿Y tú por qué no le ayudas?” (refiriéndose a una señora visiblemente humilde que pedía que apoyara a un señor mayor muy amolado), que es el nuevo “¿Y yo por qué?”, que inmortalizara el ex presichente Fox, cuya lógica de lavadora de dos patas pervive.
Tristemente El Calderas ha sido rebasado por la ultraderecha malthusiana-Thanosiana del enorme Chikiliquadri: el ex candidato presidencial de algo llamado Panal, y de quien podemos recordar la dulce lascivia con la que miró a la edecán del IFE, afirmó: “Si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería un país de desarrollo medio y potencia emergente...”.
O sea, un personaje que quiso romper los altos récords de humanismo que impuso Jelipillo con temas como la Guardería ABC de Hermosillo, donde se hizo como Tío Lolo, lo de Lydia Cacho, a quien dejó a merced del góber Precioso, Kamel Nacif, y su Loca Academia de Viejos Cochinos.
El Calderas ha sido rebasado por la ultraderecha del enorme Chikiliquadri