Matemáticas versus soluble
El viejo adagio reza: “Pitágoras no falla”. Máxima que muestra el ejemplo vivo del desarrollo del conocimiento humano y paradigma de la rigurosa verdad epistemológica que nos lleva desde el viaje por el espacio a través del tiempo y viceversa, hasta la rigurosa exactitud de las sumas y las restas. Sin embargo, basándome en la afirmación de las matemáticas, les comento que por más que trato de cuadrar ciertos números para un problema en específico, los resultados son diferentes a los esperados. Me refiero, otra vez, al caso de la instalación de la planta de Nestlé en Veracruz.
Veamos, los datos de la ecuación son los siguientes: La trasnacional y el gobierno federal anuncian que se instalará una planta procesadora de café, la cual pretende procesar 20 mil toneladas anuales del grano; el resultado descrito por los responsables sería el de un beneficio inmediato a la población en general y a los productores del aromático en particular. En el discurso todo parece bien, pero a la hora de aplicar los datos duros con los que cuenta el sector, el resultado dista abismalmente de la versión oficial.
Primer ejemplo: Las 20 mil toneladas anuales que la trasnacional pretende procesar, tienen que ser producidas en una superficie aproximada de 25 mil hectáreas (a razón de 800 kg/ ha.), misma superficie que sería deforestada al desplazar los cultivos de la especie arábiga cultivada bajo sombra; pues la empresa suiza necesita, cómo lo hemos dicho hasta el cansancio, café de la especie robusta, la cual crece en condiciones de sol al cien por ciento, ósea, cualquier sombra de árbol entorpecería su desarrollo. Por lo tanto, el supuesto beneficio a la población, al menos en protección a la biodiversidad, no es parte del resultado de la ecuación.
Segundo ejemplo: Los precios. El café se cotiza en las bolsas de valores de Nueva York y Londres. Y la robusta se vende y se compra muy por debajo del precio de la especie arábiga. Luego entonces, mientras el grano que tradicionalmente producimos puede oscilar entre los 90 y los 130 pesos por kilo, el café robusta no sobrepasa los 20 pesos. Y aunque tuviéramos una producción mayor en cantidad, la relación costo beneficio es una verdadera grosería para los que producimos el aromático.
Tercer ejemplo: Una variable en la que pocos han reparado. Hace un par de semanas, nuestro flamante presidente anunció que se amplia bala lista de productos de la canasta básica. Situación que es más que encomia ble. Sin embargo, nos fuimos de espalda sal percatarnos que se incluía el café soluble en la lista ,¿ pues de que se trata? ¿De ayudarnos o de ayudarlos? Al final, sí factorizamos todos estos números, el resultado es negativo por donde lo veamos. Por lo qué, otorgando el beneficio de la duda, sólo espero haberme equivocado en eso de sumar y de restar, y que esto que expongo sea solo una alucinación de una ecuación que los ca fe ti cultores no alcanzamos a descifrar.
“La relación costo beneficio es una verdadera grosería para los que producimos el café”