“Participación ciudadana: la calidad es distinta a la cantidad”
La semana pasada el gobernador del Estado, Mtro. Enrique Alfaro Ramírez, dio a conocer a la opinión pública la presentación ante el Congreso de la iniciativa de decreto, con carácter preferente, que de ser aprobada significará un cambio no sólosemánticoysinodefondodelosfundamentos que estructuran hoy en día la participación ciudadana en Jalisco.
Y es que con la eventual expedición de la Ley del Sistema de Participación Ciudadana y Gobernanza, no sólo se estaría corrigiendo esa equivoca realidad que se impuso desde las autoridades, empeñadas en llamar social a lo ciudadano en todo lo relativo a la participación cívica, movidos más por la intención no explícita –y muchos menos reconocida– de no abonaralacrecientepresenciamediática del Partido Movimiento Ciudadano en Jalisco.
El principal argumento que se esgrimió entonces fue la cantidad demecanismosdeparticipaciónadisposiciónde losciudadanos,loscualespasarondetres mecanismosdeparticipaciónciudadana reconocidos jurídicamente desde 1997 – Plebiscito, Referéndum e Iniciativa Popular– hasta los doce mecanismos de participación social que actualmente se describen en el Libro Quinto del Código Electoral y de “Participación Social” vigente en la entidad.
Aunque habrá que esperar qué resulta del proceso político de deliberación al interior del Congreso local, por lo anunciado por el gobernador y de lo que se lee en la susodicha iniciativa de Decreto –al menos en su versión preliminar– la apuesta es por la calidad más que la cantidad de mecanismos, toda vez que la clave del cambio normativo al que se aspira noestáprecisamenteensunúmero–que pasa de 12 a 16–, sino más bien en la precisión conceptual y alcances de los mismos, bajo la lógica de la corresponsabilidad fundada y motivada por las premisas teóricas de la llamada gobernanza: de ahí el segundo apellido de la Ley que se está promoviendo en materia de “Participación Ciudadana y Gobernanza.”
De confirmarse esta hipótesis, habría que interpretar y darle la bienvenida a la figura del Sistema de Participación Ciudadana y Gobernanza que se estará creando con la Ley promovida por el gobernador y que, de ser aprobada por el Congreso, daría paso pleno a una visión en la que las decisiones gubernamentales aspiran a volver tangible en las multifacéticas prácticas sociales, que configuran hoy en día, la relación cotidiana de los ciudadanos con sus respectivas autoridades locales, legalmente constituidas y políticamente legitimadas, lo que nuestros políticos profesionales han acuñado discursivamente de tiempo atrás: la gobernanza como un nuevo y cualitativamente distinto proceso de gobernar a la sociedad.
Habrá que esperar qué resulta del proceso político de deliberación