Complejos y soberbia
QRamírez, ueelpresidenteAndrésManuelLópezObrador (AMLO) y el gobernador Enrique Alfaro
fumaran la pipa de la Paz -al menos en imágenes-, debe significar una buena noticia para los jaliscienses y reflejarse en recursos comprometidos y adicionales para atender los grandes pendientes en temas diversos y la obra pública de nuestro estado. Lo dije antes y lo repito: No puede ser que exista la “República de Jalisco” ni tampoco el Gobierno federal puede ejercer el poder sin tomar en consideración lo que resulte legal y práctico a los gobiernos locales electos democráticamente. Para gobernar hay que hacerlo sin complejos y soberbia.
Era urgente limar asperezas. Las diferencias y desencuentros entre ambos personajes han resultado dañinos para nuestro Estado y el mayor ejemplo es lo ocurrido el mes pasado durante el desabasto de gasolina, que mucho se dijo, aunque sin llegar a probarse, fue a causa de la mala relación que en ese tiempo tenían el presidente y el gobernador, y en ese conflicto Jalisco fue “castigado”.
Es de todos sabido, porque así funciona, que solo el trabajo en coordinación por parte de los dos gobiernos, federal y estatal, puede generar ese entendimiento para atender los temas aplazados y de extrema urgencia como la seguridad que tiene a nuestra entidad con los niveles más altos en asesinatos, robo a vehículos y patrimoniales, pero inmediatamente seguido de salud, educación, medio ambiente, turismo, agua y una larga lista de asuntos que continúan estancados como la Línea Tres del Tren Eléctrico que corre el riesgo de convertirse en un gran elefante blanco; sería muy triste que una obra necesaria quedara en algo inútil que además costó demasiado.
Los dos gobiernos deben estar presentes en las mesas de coordinación donde se traten los asuntos de interés para Jalisco; debe haber una suma de esfuerzos donde además se integre a la sociedad.
López Obrador y Alfaro tienen retos muy similares, generar confianza en la población, que la ciudadanía apoye más sus acciones y abatir el problema de la inseguridad para generar inversión.
Es necesario insistir sobre el reto que comparten las nuevas administraciones que es abatir la inseguridad, pareciera que los criminales tienen la sartén por el mango y no están dispuestos a ceder un ápice, por el contrario han recrudecido sus acciones aumentando los niveles de criminalidad en prácticamente todas sus variantes. Mucho se dice que la delincuencia organizada está infiltrada en las instituciones policiacas, de ahí que se deba avanzar en la depuración policial, el control de confianza, la recuperación de espacios públicos, de territorios y la recuperación de estructuras.
El 14 de febrero pasado, AMLO y Alfaro se dejaron ver juntos en una reunión en Palacio Nacional. Fue el propio Alfaro Ramírez quien se pronunció complacido de su encuentro con el presidente, refirió que ahora “ya hay una ruta trazada” para sacar adelante los proyectos de infraestructura que se consideran prioritarios para el estado de Jalisco y sobre los cuales existía incertidumbre por haber sido excluidos del Presupuesto de Egresos federal 2019, o porque habían recibido dentro del mismo cantidades minúsculas de recursos. Añadió que se continuarán trabajos en la Línea Tres, El Purgatorio, El Zapotillo, El Peribus, la Línea Cuatro y el Libramiento a Puerto Vallarta, entre otros.
Aun cuando en las fotografías se observa un apretón de manos, también hay apretón de dientes en sus rostros; pero será pecata minuta si alguno o los dos no terminan de sentir una alta simpatía por el otro; lo importante es que sean capaces de dejar atrás las discordias, las luchas de poder y los caprichos por la noble intención de priorizar los temas que puedan brindar calidad y crecimiento al estado y tranquilidad y seguridad a los jaliscienses. No aspiramos a que sean amigos o confidentes, aspiramos a que trabajen de forma coordinada por el bien de Jalisco, sin complejos y soberbia.
López Obrador y Alfaro tienen retos muy similares, generar confianza en la población