En medio
de la inseguridad, los enconos y la desconfianza que hay entre políticos y ciudadanos, siempre es bueno recordar a un hombre ejemplar que marcó para siempre, y para bien, la historia de Guadalajara. Nos referimos a fray Antonio Alcalde, de quien la capital jalisciense festejará hoy el aniversario 318 de su natalicio. Del religioso español avecindado en nuestra Guadalajara sólo hay obras buenas que mencionar, entre ellas el nosocomio que precedió al ahora Hospital Civil, la entonces Real Universidad de Guadalajara, numerosos templos y edificaciones de la diócesis, y muchas otras obras sociales de caridad. Han pasado más de 300 años de su natalicio, pero fray Antonio Alcalde siempre será ejemplo a seguir.