Vulnerables y frágiles
Crecimiento frágil y vulnerable, vientos internacionales cambiantes y el enorme riesgo de que el 40 por ciento de la población vuelva a la pobreza: esto se desprende del informe “Perspectiva económica latinoamericana 2019: desarrollo en transición”, realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el CAF- Banco de Desarrollo de América Latina, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Comisión Europea. El informe presentado en Buenos Aires, Argentina, señala que el crecimiento latinoamericano previsto para 2019 es de 1.7 por ciento, lo que representa una leve mejoría frente al 1.2 por ciento de 2018 y el 1.3 por ciento de 2017. Sin embargo, el crecimiento es insuficiente y, por lo tanto, incapaz de mejorar las condiciones de vida de millones de personas.
El diagnóstico, a grandes rasgos, menciona la vulnerabilidad de las economías ante el contexto internacional, la pérdida del impulso de los buenos precios de las materias primas, así como cuatro trampas que limitan el crecimiento: la baja productividad, la vulnerabilidad social, la debilidad institucional y las amenazas ambientales. Estamos ante economías que durante décadas se ampararon en las exportaciones de materias primas, que no aprovecharon el impulso para mejorar la productividad y que tienen altas tasas de informalidad y empleos precarios, mal pagados e inseguros.
Si pensamos en estos factores en función de la economía mexicana, el retrato es conocido: la marcada dependencia del mercado estadunidense y de los ingresos externos provenientes del petróleo, las exportaciones de las maquiladoras, las remesas y el turismo, ha generado muchas sacudidas y ha mostrado una vulnerabilidad recurrente. Cada vez que el vecino del norte tuvo un contratiempo en su economía, los efectos se magnificaron de este lado de la frontera. Y se notaron en menores exportaciones, menor comercio, menores ingresos y menor crecimiento. Con una dependencia así se perdió de vista la productividad y la necesidad de fortalecer el mercado desde dentro.
El informe mencionado no representa una sorpresa para México, cuya economía ya se encuentra atrapada en un crecimientoinsuficiente,conempleosprecarios,bajossalarios,unadesigualdadcreciente y una enorme pobreza por revertir. Pero nos confrontaconlaurgenciadeestablecercómo superar las trampas de la vulnerabilidad social, de la baja productividad, de la debilidad institucional y, sobre todo, de la pérdida del impulso de las materias primas. El problema es grande si consideramos las carencias en la educación, la ciencia y la tecnología, que están detrás de la productividad y la competitividad.
Los buenos tiempos de las materias primas ya pasaron y los de las manufacturas se están agotando en la medida en que la automatización y la economía del conocimiento demandan otras formas de producción de riqueza. Más que medidas para crecer hoy, me gustaría ver el plan para recuperar el impulso propio y lograr un repunte sostenido.
Estamos ante economías que en décadas se ampararon en las exportaciones de materias primas