¡Que no se nos escape China!
Está bien que México y China quieran reforzar sus lazos diplomáticos y comerciales, como lo evidencia la reciente visita del canciller Marcelo Ebrard.
En Beijing, Ebrard se reunió con el canciller chino Wang Yi y con el vicepresidente Wang Qishan. El encuentro subraya la misión de Ebrard: liderar asuntos de relaciones exteriores con comercio y política interior.
Destaca, la reunión con Wang, a quien en China le llaman el Apagafuegos.
Si bien en México no existe la figura del vicepresidente, hay quien comienza a ver en
Ebrard una suerte de Apagafuegos, quizá a la manera de su mentor, Manuel Camacho Solís, en aquellos días de 1994, cuando México estrenaba TLCAN, se gestaba una supuesta transición democrática, y enfrentaba un movimiento social en el sureste del país.
Un cuarto de siglo después, México enfrenta rescoldos, reflejos y resabios de lo que pasó en 1994. Estrenamos un acuerdo comercial (cuya aprobación y proclama sigue pendiente en EU y Canadá); acabamos de pasar por un cambio de régimen, encabezado por AMLO y Morena; y enfrentamos una crisis en el sureste.
Si bien esta crisis se origina más allá de las fronteras, mantiene a Ebrard muy ocupado pues, a fin de quedar bien con Donald Trump, él fue la punta de lanza para apagar ese fuego en forma de amenaza de aranceles a las exportaciones mexicanas a EU.
En medio de toda esta situación, queda el aspecto meramente comercial. Nos deslumbramos con el hecho de que en el primer trimestre México superó a China en comercio con EU y ser el principal socio comercial, por primera vez, del país del norte.
Y el momentum se mantiene. La balanza entre México y E U totaliza 257 mil724mdd, con un saldo a favor de México de 40 mil 486 mdd. Entre EU y Canadá el total es de 253 mil 870 mdd, con un déficit para EU de 6 mil 906 mdd.
En el caso de China, la balanza comercial con EU suma 223 mil 007 mdd, con un saldo a favor de los asiáticos de 137 mil 077 mdd.
Es decir, México sigue siendo el socio number one de EU, pero China viene cerrando fuerte en sus exportaciones y ya lleva dos meses superándonos. En mayo, por ejemplo, México exportó 32 mil 95 mdd a EU, contra 39 mil 269 mdd de China.
Con todo esto, hay que esperar los resultados del encuentro de Ebrard con sus pares chinos y que esa relación de frenemies sea conveniente. O, mejor, como dice la economista Pippa Malmgren, asesora del ex presidente George W. Bush, en el Consejo Nacional de Economía de EU: apuntar a que México “sea la nueva China”. Ella dice que “China no es el futuro; México es la nueva China” y tiene todo para reemplazar, de manera definitiva, al país asiático como el principal exportador a EU.
“Inclusive con un muro”, dice Malmgren, “los bienes y servicios llegan por otras rutas que no impliquen cruzar la frontera por tierra”.