¿Dónde quedaron los partidos?
Tal y como se ha presentado la dinámica del acontecer político del país, sea suscitado por las acciones, omisiones, propuestas y correctivos del gobierno, sea por los acontecimientos emergentes de la vida
cotidiana en el país y en el entorno internacional, queda clara la ausencia real de la acción política de los principales partidos políticos del país, quienes dominaron la escena y la política los últimos treinta y cinco años. Desde luego, representantes de los partidos sí están presentes en el poder legislativo federal, en algunos gobiernos ejecutivo y legislativo, de entidades federativas y también en los gobiernos municipales, algunos importantes.
Sin embargo, esa presencia es mayormente reactiva a lo que el gobierno propone o reacciona ante los acontecimientos. No hay una voz propia de partidos, identificable, con un análisis actualizado sobre el país ante las nuevas circunstancias, tampoco una propuesta de revaloración de sus principios ideológicos y políticos, y menos una acción atractiva para los ciudadanos descontentos con los nuevos gobernantes. No hay presencia. No hay alternativas.
Hoy los partidos políticos, en los hechos, no ocupan una fracción visible del espectro ideológico mexicano. Por eso vale la pregunta ¿Qué sucedió? ¿Cómo fue que llegaron a este no lugar? ¿Aceptaron ser “borrados” y dejar el espacio franco al ganador para que enfrentará el “gran problema país” gestado en los últimos tres sexenios? ¿Fueron sorprendidos por la
“ola morena” inesperadamente respaldada por las grandes masas? ¿O, en el fondo, ya estaban desgastados y “prendidos con alfileres” y cayeron por su propio peso?
Las respuestas están por escribirse en la historia futura. Ante este desconocimiento quedan las hipótesis. De hecho, las preguntas anteriores sugieren algunas. Una vez en este terreno hipotético hay una que viene del análisis de la campaña del PRI. Dos datos clave del accionar de un PRI desprestigiado: Escoge un candidato no político, quien nunca “conectó” con las bases priistas y se dedicó a “engordar” la agenda de AMLO al atacarlo todos los días. Además, el PRI – gobierno desacreditó al candidato del PAN y lo neutralizó en la lucha electoral. Ante esto, ¿sería muy atrevido pensar en un pacto PRI – Morena para dejarle la cancha y las bases priistas a AMLO y con fichas nuevas arreglar el país? Partidos, ¿dónde están?
¿Fueron sorprendidos por la “ola morena” inesperadamente respaldada por las grandes masas?