“¿Cuál es la diferencia entre los ataques en EU y los de México?”
Dos tiroteos casi consecutivos en Estados Unidos, con saldo de más de 30 personas muertas. Una serie de tiroteos en Jalisco y Guanajuato casi en días consecutivos, con saldo de cinco muertos.
¿Cuál es la diferencia entre los ataques en Estados Unidos y los de México? ¿Por qué en unos sentimos rabia, y en los otros algo de importancia y cierto
desinterés? Por la diferencia de objetivos, me aventuro a pensar.
Como ciudadanos de a pie en México hemos comenzado a diferenciar entre los ataques aparentemente insensatos que ocurre más allá de la frontera, y los ataques realizados en nuestro país. Los de allá son obra de locos contra personas inocentes. Los de aquí son obra de criminales que buscan eliminar objetivos específicos. Los primeros no los comprendemos y por eso nos asustan. A los segundos los justificamos, aunque no nos gusten. Se matan entre ellos, decimos en el caso mexicano.
En ambos casos la constante es la misma: la presencia de armas en las calles, lo cual termina siendo un problema en ambos países.
Que haya pistolas y rifles de alto poder en manos de civiles invariablemente termina en asesinatos, sin importar su origen. Es un problema grave que nos hemos encargado de justificar siempre. Allá es por las libertades civiles. Aquí, porque es un asunto de criminales, que los ciudadanos comunes, los decentes, nada sabemos de ellas (aunque conozco una buena cantidad de tapatíos que presumen sus pistolas que consiguieron quién sabe cómo).
Es un personaje polémico, pero el expresidente Felipe Calderón tenía razón cuando reclamaba al gobierno de Estados Unidos el desinterés por el tráfico de armas hacia nuestro país. O tal vez no había tanto desinterés, y era y/o es parte de un plan para mantenernos ocupados a tiros.
Suena a algo que escribí hace apenas unos días: urge una verdadera campaña de despistolización en todo el país. Pero una campaña en serio. En la que el gobierno federal y los estatales se involucren a fondo.
Nuestra capacidad de adaptarnos a todo no debe incluir la tolerancia hacia las armas y los crímenes. ¿Habrá algún gobernante dispuesto a iniciar esa verdadera despistolización?
Que haya armas en manos de civiles termina en asesinatos