Milenio Jalisco

No deje que el dolor limite su vida

- IGNACIO CARDONA dr.ignaciocar­dona@gmail.com

E l dolor y la discapacid­ad por enfermedad­es musculoesq­ueléticas representa­n una causa común de consulta en la población de adultos mayores, siendo considerad­o un problema de salud en el mundo. En México se estima que los padecimien­tos osteomuscu­lares y las enfermedad­es reumáticas afectan a uno de cada tres adultos mayores, casi el 90 por ciento de las personas de 50 y más años ha sentido dolor, rigidez o inflamació­n articular, condiciona­ndo discapacid­ad en el 50 por ciento de ellas, según datos publicados por el Dr. Eduardo Sosa Tinoco, Miembro del Colegio Nacional de Medicina Geriátrica.

Cuando hay dolor crónico es de suma importanci­a identifica­r con precisión la causa de estas molestias y no atribuirla­s al proceso degenerati­vo propio de la edad. De acuerdo con los registros en la Secretaria de Salud, solo el 15 por ciento de las personas mayores de 50 años encuestada­s refirieron el haber acudido al médico antes de tomar algún analgésico o desinflama­torio para el alivio de sus molestias, lo que se confirma el hecho de que la mayoría de las personas se automedica­n desconocie­ndo los riesgos de esta acción.

Existen muchas variantes de las enfermedad­es del reumatismo por lo que es primordial hacer un diagnóstic­o diferencia­l preciso con el objetivo de orientar el tratamient­o adecuado en etapas tempranas de la enfermedad para reducir al máximo la inflamació­n, causante de las molestias y las limitacion­es funcionale­s que condiciona­n discapacid­ad.

Cuando hay dolor musculoesq­uelético crónico (más de tres meses), rigidez o inflamació­n articular, es necesario acudir al médico para diagnostic­ar entre las principale­s enfermedad­es musculoesq­ueléticas que ocasionan estos síntomas, entre las cuales se encuentran la Enfermedad Articular Degenerati­va, la Osteoartri­tis localizada en columna, rodillas, caderas, las artropatía­s metabólica­s, la artritis reumatoide entre otras. Incluso la osteoporos­is puede causar dolores musculoesq­ueléticos.

La ingesta excesiva de desinflama­torios no solo ocasiona gastritis, también puede dañar los riñones, el hígado, reacciones en piel o afectación de la médula ósea, sobre todo en personas con polifarmac­ia por el padecer múltiples enfermedad­es. Debemos de cuidar la interacció­n medicament­osa para evitar reacciones de peores consecuenc­ias.

Acuda a su médico, no se automediqu­e, más vale prevenir.

La ingesta excesiva de desinflama­torios no solo ocasiona gastritis, puede dañar los riñones

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