Libro. Zapata a través de Pedro J. Fernández
“Necesitaba conocer más al personaje introvertido”, dice a M2 el autor de la novela Morir de pie
Hoy se conmemora el 140 aniversario del natalicio de Emiliano Zapata —el pasado 10 de abril fue el centenario de su muerte—: uno de los personajes históricos sobre el que se ha escrito mucho, no solo este año, pero que aún despierta interés y propicia diferentes maneras de acercarse a la figura y su legado.
En ese contexto se inscribe Morir de pie (Grijalbo, 2019), de Pedro J. Fernández, quien confiesa
que más que un ensayo, su intención en todo momento fue escribir una novela, él la llama una“investigación dramatizada ”, sobre una de las figuras más complejas del proceso revolucionario, como lo fue Emiliano Zapata.
“Quería escribir una novela sobre la revolución mexicana, incluso había pensado en Madero, como consecuencia lógica de mi seguimiento a Porfirio Díaz, pero Zapata aporta mucho más, porque luchó durante nueve años y representa lo más crudo del Porfiriato, lo que no vivieron ni Carranza, Villa o Madero.
De acuerdo con el autor de libros como Iturbide, Había una vez mexicanas que hicieron historia, y Yo, Díaz, “John Womack es la base de todos los ensayos que hagamos en México y en Estados Unidos: todas las visiones que tenemos sobre Zapata parten de él. De Zapata hay mucho material, tanto en México como en Estados Unidos, pero necesitaba conocer más al personaje introvertido, a un hombre que pensaba mucho”.
Procesos mentales
En Morir de pie están presentes los elementos sustanciales del pensamiento revolucionario de Emiliano Zapata, pero al autor del libro le interesaba ir más allá de las fotografías que siempre vemos, “y poner a un Zapata cavilando, al que le cuestan las cosas, que se equivoca…”
“En la novela se intenta mostrar hasta los procesos mentales de cómo llega a tomas ciertas decisiones, por qué llega a la lucha y qué es lo que lo hace tomar la decisión de confiar en Guajardo, quien finalmente lo traiciona”, explica Fernández.
Partidario de humanizar a estas figuras, de mostrar su lado íntimo, dejarlos hablar, su apuesta primordial fue construir el retrato de un ser humano, a quien “podemos ver un día siendo padre, esposo, amante y, al día siguiente estar en la lucha”. Para el autor, Zapata “es un hombre que velo peor del porfirismo. Me parecía interesante hacer ese contraste, porque venía de escribir una novela de Díaz, donde él intenta explicar por qué hace la Ley de Enajenación y Terrenos Baldíos, y por otro vemos a los pueblos de More los a los que les están quitando las tierras. Las acciones de Zapata me permitieron adentrarme en esa época”.