Esteban Garaiz
“La situación que preocupa a Trump evoca a la Guerra del Opio”
Perdido entre renglones, en páginas interiores en una nota del Finantial Times, publicada en Milenio por James Politi y Michael Hunter, aparece el anuncio. Dice que: “La decisión de Trump de amenazar a Pekínconmásarancelesseprodujodespuésdeque el presidente se decepcionó por el resultado de las conversaciones entre altos funcionarios estadounidenses y chinos”.
Signe la nota: “Entre sus quejas estaban la resistencia de China a comprar productos agrícolas de EUysufaltadeacciónparadetenerlosflujosdefentanilo a su nación”.
Según los médicos del ramo, el fentanilo es un poderoso antidepresivo sintético de carácter opiáceo. Muy recurrido entre la población norteamericana. Ahora que China ha pasado a ser, en términos reales, la economía nacional más fuerte del planeta, frente al notorio declive de la economía norteamericana con un severo y persistente déficit en su balanza de pagos y con una deuda pública impagable, al rubio del Norte le preocupa, según la nota, el consumo imparable del fentanilo chino por parte de la población de EU.
La situación que preocupa a Trump evoca de manera inevitable la Guerra del Opio, cuando “la pérfida Albión”, o sea: el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, impuso por la violencia de los cañones al decadente y milenario Imperio Chino, por el Tratado de Nan King, 1842, la venta en su territorio del opio producido en las colonias del Imperio Británico. Lo cual contribuyó en gran manera a la completa decadencia china.
Hoylascosashancambiadodrásticamente.Bajo laférrearectoríaeconómicadelPartidoComunista Chino, han logrado utilizar, y poner a su servicio, la economíademercado,inclusoconfuertesinversiones extranjeras.
Tal parece que inspiraron la frase de Rafael Correa,elquelevantóaEcuador:“elmercadoesunexcelente servidor; pero un pésimo jefe”.
Además de la incorporación de tecnología y crecienteinvestigaciónpropia,máseldesarrollodelas destrezas laborales en todos los órdenes.
Causa risa oír a Trump reclamando propiedad intelectual, y reprochando robo de tecnología, cuandoloschinosyallegaronalotroladodelaluna, mientras aquí no tienen otra que festejar con bombo y platillos su cincuentenario.
QuiereTrumpponertrabasaHuawei,cuandola empresa que más vende, tiene fríamente planeada la producción de los chips de su cadena industrial.
Después de decenios de crecer, con su rectoría públicameticulosamentediseñadaamedianoylargo plazo, a un ritmo irrepetible de 10, y hasta 11 por ciento anual persistente; y de tener en sus reservas públicas millones de dólares del Tesoro de los Estados Unidos, aun así, no hacen gala de su superioridad frente a la arrogancia del Rubio.
Sin embargo, la conciencia de su actual poderío (Chung- Kuo significa literalmente: Imperio Central) no los ha separado de su gran inclinación al libre comercio internacional.
Aun cuando la geopolítica los empuja a su natural complementariedad con su vecina Federación de Rusia, con la mayor superficie territorial del globo y pletórica de recursos naturales.
La situación que preocupa a Trump evoca de manera inevitable la Guerra del Opio