Sexo y deporte, ¿enemigo o aliado?
L a creencia popular nos lleva generalmente a apoyar la postura "nada de sexo" antes de una competición, basándonos también en algunas cuestiones científicas que, habitualmente, son malinterpretadas o se focalizan en un único aspecto.
Esta recomendación se asocia a los hombres únicamente, pues a las mujeres la activación del deseo, excitación y el orgasmo les beneficia, aumentando la energía, los niveles de testosterona y la velocidad.
Sin embargo, tras el orgasmo masculino, la testosterona disminuye y su capacidad de contracción muscular es menor.
Efectivamente, la agresividad, asociada a la testosterona, es necesaria para algunos deportes de ataque. Emmanuele Jannini, miembro del comité científico de la Sociedad Europea de Medicina Sexual y profesor de endocrinología del departamento de Medicina Experimental de la Universidad de L'Aquila (Italia), asegura que "en las relaciones sexuales, el cerebro estimula la producción de testosterona, lo que sería útil para determinados jugadores. La testosterona es un anabolizante natural. Si haces sexo aumenta el rendimiento".
Además, durante las prácticas placenteras, más todavía durante el orgasmo, se liberan la hormonas asociadas al bienestar y el placer, como las endorfinas y la serotonina, estimulando a así otras hormonas que ofrecerían beneficios secundarios.
De esta forma, se libera el estrés, contribuyendo a la relajación mental que facilita la concentración, aumenta la autoestima, la sensación de control y la seguridad en uno mismo.
En sus investigaciones en 1995, Tommy Boone, catedrático de fisiología del ejercicio y autor de 'Sexo antes de competiciones atléticas’ no encontró diferencias significativas entre los deportistas que mantuvieron sexo 12 horas antes de una prueba de resistencia y los que se abstuvieron de ellas.
Así pues, no se puede afirmar que la actividad sexual genital placentera influya negativamente en el ejercicio, si no impide el descanso necesario
Más aún durante el orgasmo, se liberan la hormonas asociadas al bienestar y el placer
del deportista.
Es más, facilita el sueño profundo y reparador y reduce la ansiedad generada ante un encuentro importante.