Es muy poco, pero es muy nuestro
Luego de escribir anteayer sobre la construcción de la refinería de Dos Bocas que está emprendiendo el Gobierno de la 4T, me quedó más clara todavía la intrínseca naturaleza del capitalismo y me pregunté por qué le sigue pareciendo preferible a tanta gente el modelo económico estatista. No sería ya siquiera un tema de ideologías sino una mera constatación de las cosas. O sea, cifras, números, datos: 27 refinerías
en Texas. ¿Cuántas, en todo México? Seis, señoras y señores. Y, una vez que el supremo Gobierno haya terminado la magna, soberbia y colosal obra en Tabasco serán… siete. Ah, y está por verse, además, lo de que puedan acabarla a tiempo, y desembolsando no más de 8 mil millones de dólares, siendo que las constructoras internacionales que habían participado en un primer momento en la licitación para llevar a cabo el proyecto dijeron que no lo podrían concluir con tan poca plata y en tres añitos nada más
(doña Rocío Nahle, la secretaria de Energía, nos avisa que estará listo en 2022).
Pero, bueno, siete refinerías para una nación que presume –o presumía, en sus buenos tiempos— de ser una potencia petrolera. Nada que puedas andar cacareando, oigan. De veras que no. ¿Qué fue entonces lo que pasó? ¿Por qué no nos alcanza la capacidad para refinar el petróleo que extraemos de las entrañas del territorio soberano? Y, sobre todo, ¿por qué en Texas sí producen gasolinas y, encima, nos las venden a nosotros?
Es un tema de decisiones políticas, entre otras cosas. De pronto, los responsables de manejar Pemex determinan que los recursos de la empresa no se van a reinvertir en el mantenimiento de su propia infraestructura o el acrecentamiento de sus capacidades productivas sino que se van a desviar para otros fines: se usarán para apuntalar crónicamente las maltrechas finanzas públicas de un Estado que no ha aprendido a cobrar impuestos, servirán para complacer a las clientelas electorales del régimen, se volverán la caja chica de los partidos políticos y, finalmente, serán un mero botín personal de politicastros saqueadores y funcionarios corruptos.
Nos dicen que esto es “soberanía nacional” y “salvaguarda de los recursos estratégicos” de la patria. Sí, ajá. ¡Sigamos entonces rechazando el capitalismo de las 27 refinerías texanas!
Datos: 27 refinerías en Texas. ¿Cuántas, en todo México? Seis