Gonzalo Oliveros
“Todo tipo de gobiernos tienen esa reacción donde el enemigo no es la oposición, sino el ciudadano”
Las confrontaciones entre parte de la sociedad civil y el poder están en plena modificación en el trato. Su impacto cada día es más visible, a veces violento pero no necesariamente efectivo.
Revisemos algunos ejemplos. Temacapulín es el nombre que persigue a los gobiernos de Jalisco y Guanajuato. La escasez de agua se hará realidad en el mediano -si no corto- plazo. Las condiciones de cambio climático y el enorme desperdicio han puesto de cabeza las necesidades primarias a futuro de ciudades como Guadalajara y León.
La solución propuesta ha sido la creación de una presa que -a partir del tamaño de su cortina- puede inundar una población entera.
Por supuesto, la negativa de pobladores es total. El ejercicio de sensibilización en los ciudadanos ha sido poco exitoso. Es normal: nadie quiere dejar el patrimonio familiar de décadas.
El presidente jugó a darles a todos los que querían: una solución a modo. Les dijo a los gobernadores que siguieran con la construcción y a los habitantes que la pararía. Aventó el problema al 2021 con una sagacidad obvia: si ambos gobiernos desean continuar con la obra, sería hasta el año electoral.
Así, si logran sensibilizar hacia entonces, la ganancia sería para la población leonesa y tapatía y los habitantes de Temacapulín podrían exigir todo lo que, hoy, no tiene su pueblo. En caso contrario, la ganancia electoral será para MORENA.
El otro caso es el del caso de la menor de edad supuestamente violada. Los enormes errores de comunicación y la terrible falta de empatía de Claudia Sheinbaum debieran de tomarse como ejemplo de lo que no debe pasar.
Si bien videos y pruebas ponen en duda parte de las declaraciones de la adolescente, los pasos por los que la policía, la procuraduría y el gobierno de la ciudad transitaron, son los equivocados.
En ningún momento pensaron que la frialdad de las declaraciones para no salirse del manual levantaría la indignaciones de cientos de mujeres que no sólo han sentido abusos y acosos de policías, sino que -para erradicarlosvotaron por una mujer que podría ponerse en sus zapatos.
En lugar de buscar dicha empatía, el gobierno capitalino terminó por descalificar las protestas y calificarlas de provocaciones.
Pareciera que la diamantina mató la poca confianza que Sheinbaum había creado con la ciudadanía.
No se sabe al momento si la investigación está basada en mentiras de la parte acusatoria o si se ha armado un engaño desde la parte acusada, pero las reacciones políticas de esta semana parecen lejanas y sordas hacia las necesidades sociales.
El problema es que no son casos aislados o flor de un día. Todo tipo de gobiernos en todas partes del país tienen esa reacción donde el enemigo ya no es la oposición, sino el ciudadano.
Alguien debería recordarles que nada es eterno, mucho menos la preferencia electoral.
De hecho, esa recomendación debería de llegar a todas las ramas, incluido -claro- inquilinos de Palacio Nacional.
Alguien debería recordarles que nada es eterno, mucho menos la preferencia electoral