A su salud
En materia de salud como en todas las demás áreas, los costos políticos de las decisiones del presidente están calculados. La amplia popularidad del AMLO le permite tomar las decisiones que en el futuro le garantizan una amplia masa social de votantes, ese es el fin último, cualquier reclamo, marcha, denuncia, incluso muerte están entonces justificados.
Específicamente en el tema de salud la táctica es concentrar los servicios en el gobierno federal, insisto, con un fin político, los argumentos como en cada tema son los mismos: acabar con la corrupción en los estados, otorgar servicios gratuitos, no importa la calidad, recuerden el objetivo.
Cuando se otorga el servicio de salud y se llega a curar una enfermedad o a salvar una vida, las personas son vulnerables emocionalmente respecto de quien les ayudó, la mayoría tenemos la tendencia a ser agradecidos y no es que eso esté mal, el problema es el provecho que se puede obtener de ese sentimiento, en los hospitales privados lo resuelven cobrando, esa es su ganancia y no se les culpa son un negocio; pero en el caso del servicio público hasta hoy no se ha sacado provecho de ello, pues bien esto parece que se acabó, al gobierno también habrá que pagarle y no es dinero lo que les interesa, van por los votos, poco ético pero muy rentable electoralmente.
No es casualidad el apoyo de médicos cubanos en Venezuela, no es casualidad que hayan salido más de 400 médicos cubanos de Bolivia, y no es casualidad el rumor, que finalmente quedó sólo en eso, de que médicos cubanos venían a México, la fragilidad emocional de esos momentos ha sido aprovechado históricamente por religiones y sectas que brindan ayuda en esos momentos como estrategia de reclutamiento.
Las tácticas de adoctrinamiento político no pretender dejar ningún resquicio, sumar votos y quitárselos a tus adversarios es la prioridad, no importa el medio.
No llegaron los médicos cubanos por eso es necesario primero la concentración de los servicios en el gobierno federal y luego la formación de médicos afines al régimen políticamente, lo cual ya está en marcha con el programa Universidad de la Salud, cuestión de tiempo solamente.
Pueden seguir los gritos, reclamos, llantos, marchas, desplegados, twitts, opiniones de intelectuales e incluso de especialistas, pero mientras no se afecte considerablemente el nivel de popularidad del presidente nada va a cambiar; el presidente tiene un plan, se equivocan los que creen que no sabe lo que hace, camina a paso firme porque se sabe popular y también sabe que lo seguirá siendo porque en la guerra de la comunicación política él utiliza fuerza nuclear y sus adversarios resorteras.
Mientras no se afecte considerablemente el nivel de popularidad del presidente nada va a cambiar