Un nuevo tipo de televisión
Vamos a decirnos la verdad: los contenidos gay ya no vienen al caso. ¿Por qué? Porque, en teoría, ser gay ya no tienen nada de malo, de doloroso ni de conflictivo.
Todo lo que salía en las viejas series sobre la comunidad LGBT+ como Queer As Folk y The L Word ya está más que superado.
Si usted quisiera, hoy podría cambiar de sexo. Si vive con VIH, ya hay medicamentos que lo pueden ayudar.
Y ni hablemos de las bodas, las adopciones o los beneficios sociales. La nota es que aquí ya no hay nota.
Por eso quiero felicitar públicamente a RuPaul y a Michael Patrick King por AJ and the Queen, uno de los más recientes lanzamientos de Netflix.
Como usted sabe, RuPaul es una de las figuras públicas más famosas de la comunidad LGBT+, un hombre al que le debemos mucho por programas como RuPaul’s Drag Race.
Michael es una de las mentes más brillantes del espectáculo estadunidense, el escritor de grandes éxitos como Will & Grace y Sex and the City.
¿Qué es AJ and the Queen? ¿Por qué los estoy felicitando?
Porque estos inmensos genios acaban de cambiar la historia del entretenimiento creando un nuevo tipo de serie de televisión, un espectáculo que puede divertir, al mismo tiempo, a la comunidad LGBT+ y a las familias más tradicionales de los cinco continentes.
¡No más división entre lo gay y lo hetero! ¡No más divorcio entre lo adulto y lo infantil! ¡No más polarización! ¡No más problemas!
Yo, si los tuviera enfrente, los abrazaría. Esto es un acontecimiento que todos los que amamos la televisión tenemos que celebrar.
Para que entienda la magnitud de este concepto, lo invito a viajar en el tiempo, en el espacio:
Hace casi 100 años, un dios del cine llamado Charlie Chaplin revolucionó la industria del espectáculo fusionando comedia y ternura con una obra maestra titulada El chico (The Kid).
AJ and the Queen es para las series de televisión, para el entretenimiento del siglo XXI, lo que El chico para el cine.
De hecho, tienen tantos puntos en común que si Chaplin viviera, sería el primero en en aplaudirle de pie.
¡Qué manera tan más fabulosa de actualizar algo tan hermoso! ¡Qué manera tan más sintomática de volver al origen, pero al mismo tiempo, de dar un siguiente paso en materia de televisión!
No le quiero contar el más mínimo detalle de esta joya para no arruinarle la experiencia, porque sí es importante que usted se vaya sorprendiendo, como me pasó a mí, a medida que avanza la acción.
Ojo: sí es fundamental que la vea. Es todo lo mejor de antes con todo lo mejor de ahora. Medio road movie, medio Las aventuras de Priscilla, reina del desierto.
Uno ríe, suspira, canta, siente ganas de llorar y lo más bonito es que la puede ver con los hijos, con los abuelos, con la pareja. Es ciento por ciento congruente con estos tiempos en los que hay tantas luchas sociales, tantos temas de género.
¡Felicidades, RuPaul! ¡Felicidades, Michael! ¡Felicidades, Netflix! ¡Así se hace!
Por favor, sea testigo de la historia y luche con todas sus fuerzas por ver ya AJ and the Queen en Netflix. No importa su edad. No importa su orientación sexual.
Importaqueustedseahumano. Importa que usted tenga alma. Le va a gustar. De veras que sí.
¡No más división entre lo gay y lo hetero! ¡No más divorcio entre lo adulto y lo infantil! ¡No más polarización!