¡Saludos a Artículo 19!
Cuando uno oye el discurso de la organización Artículo 19 que está dedicada a la defensa de la libertad de expresión y la protección de periodistas, como parte de esta cofradía te sientes en peligro de extinción. En algún momento te contagias tales niveles de paranoia que hasta te dan ganas de dejar este oficio de canallas y gandallas para entrar en un hospital donde el covid-19 hace su nido, porque parece menos peligroso.
Consternado por los datos les mandé a los de Artículo 19 una pregunta para saber dónde estoy parado en estas materias de persecución de la prensa que no es demasiado derechosa: ¿Cuántos mensajes amenazantes, insultos y mentadas dirigidas a tus redes sociales y direcciones de correo se requieren para que esta organización te mande aunque sea un emoticón? Eso fue hace semana y media y es hora de que ni sus luces, lo cual es extraño porque al escuchar a su directora, Ana Cristina Ruelas, parece que se va a convertir en Marvila y vendrá a tu casa en su avión invisible para proteger a todos los trabajadores de la información que son víctimas de un gobierno terrible que quiere controlarlos, someterlos, mientras las mañaneras se convierten en un vehículo para manipular la agenda pública y terrores por el estilo.
Esto me hizo evocar al idílico inspector Poiré, que no Poirot, que en tiempos de Jelipillo te hablaba para intimidarte.
La cosa es que sí me sentí un poco desdeñado, como si los linchamientos amenazantes que recibo todos los días no son lo suficientemente llamativos como para que los de Artículo 19 pasaran por esta su humilde casa a echarle un vistazo. Digo, si me linchan hasta porque apoyo la campaña de algunas editoriales independientes como Almadía y Sexto Piso, que la están pasando aceite en estos días, digo, por lo menos me podrían decir en donde pudiera hacer una donación para que mis jeiters y bots se compren una vida. Sobre todo los del correo electrónico que parecen sacados de la mente retorcida del ChikiliQuadri y los Chuchitos perredistas en fuga, con unas chispas de Georgie Berry y una pizca de la dotora Dresser.
PenséquetodoestecircomeibaadejarenpazunratomientrascelebrabanqueenGuanajuatolos grupos provida persisten en quedarse en el Medioevo.
Por supuesto no me comparo con los admirables periodistas que arriesgan la vida, como Miroslava Breach o el maese Valdés, que era a toda madre. Por eso no importa que los de Artículo 19 no me pelen.
Por supuesto que no me comparo con los admirables periodistas que arriesgan la vida