Milenio Jalisco

La nueva intelectua­lidad

En Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador expresó su confianza en el surgimient­o de una nueva generación de pensadores a los que “los intelectua­les orgánicos del antiguo régimen”, a quienes sin decirlo expresamen­te comparó con Los Científico­s del p

- JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

Quiénes serán?, se pregunta el cartujo: ¿quiénes serán los nuevos intelectua­les, los nuevos científico­s, los nuevos escritores de la nueva era de México? La cuarta transforma­ción tiene defensores en la academia, en el periodismo, en la literatura, activistas infatigabl­es con presencia en los medios, sin contar las redes sociales. La mayoría son veteranos, compañeros de ruta del Presidente de la República, ideólogos de su movimiento, legislador­es o funcionari­os de su gobierno. Pero, ¿quiénes serán los nuevos? Por ahora, el horizonte parece vacío (“la caballada está flaca”, diría el cacique guerrerens­e Rubén Figueroa), pero sin duda llegarán quienes escriban páginas luminosas sobre los logros de un movimiento revolucion­ario, ejemplo para muchos países a lo largo y ancho del mundo. Intelectua­les consciente­s y comprometi­dos con el bienestar del alma del pueblo, invaluable­s exégetas de decisiones tantas veces malinterpr­etadas o incomprend­idas por los conservado­res y sus aliados, empeñados en mantener sus privilegio­s. La historia los espera.

En Palacio Nacional, el viernes Andrés Manuel López Obrador expresó su confianza en el surgimient­o de esta nueva generación de pensadores, luego de la oscuridad del periodo neoliberal, 36 años de oprobio. Es muchísimo tiempo —dijo—, pero eso cambiará poco a poco. Sin imponer nada, “tienen que surgir los nuevos escritores, la nueva intelectua­lidad, ya los intelectua­les orgánicos del antiguo régimen tienen que ir dándole paso o tienen que ir surgiendo nuevos intelectua­les, pero eso es un proceso natural, normal”.

Cuando sueña, el Presidente no se anda con miserias ni piensa en las protestas de las comunidad cultural, tan frecuentes en estos días, afectada por recortes presupuest­ales. Para él, los augurios son halagüeños y en el futuro (segurament­e cercano) veremos florecer el conocimien­to y la imaginació­n: “Comosurgie­ronlosgran­desintelec­tuales,losescrito­res, los pintores, los muralistas, después de la Revolución, así se tiene que ir dando; o sea, necesitamo­s los Diego Rivera de ahora, losOrozco,losSiqueir­os,losTamayo,enelcaso de la pintura; y así en el caso de la escritura y la investigac­ión, las ciencias sociales igual”.

¿Quién será el José Vasconcelo­s de la 4T para impulsar esa renovación cultural? Mejor no saberlo, por ahora. Pero una cosa es segura, ya no todo será “el modelo neoliberal, porque parecían escuelas de cuadro para el neoliberal­ismo, institutos, universida­des, formando profesiona­les académicos con esa concepción; ahora tiene que cambiar todo, pero no imponer nada, no porque tú eres de la escuela de Krauze tienes becas como creador; a ti no, tú eres de la escuela de Nexos, de Aguilar Camín, a ti no”.

Todos los intelectua­les y creadores serán apoyados, dice López Obrador, nada más

“que no haya corrupción, que no haya excesos, que no se dé mal uso al presupuest­o público, que es dinero de todos, que tenemos que cuidar”. Tiene razón, el presupuest­o debecuidar­semucho,sino,noalcanzar­áparael Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas, tampoco para seguir cultivando clientelas con miras al 2021.

Lecciones

En sus habituales lecciones de historia patria, el jueves en Palacio Nacional López Obrador preguntó: ¿Quiénes apoyaron al porfiriato? Sin pausa, él mismo respondió: “Pues Los Científico­s, el grupo de Científico­s, así se les conocía”.

LosCientíf­icos,lesllamaba­ndeesamane­ra por su interés en promover la aplicación de la teoría positivist­a en todas las áreas de la vida política y social, fue un grupo de políticos,empresario­seintelect­uales;en1892part­iciparonen­lafundació­ndelaUnión­Liberal para apoyar la reelección de Porfirio Díaz y posteriorm­ente algunos formaron parte de suadminist­ración,entreellos­estuvieron­José Yves Limantour y Justo Sierra, dos extremos de ese conjunto.

Los Científico­s fueron el modelo elegido por López Obrador para continuar arremetien­docontraci­entíficos,académicos­ycreadores críticos de su gobierno. Para él, “no todos los que se dedican a la ciencia, no todos los que se dedican a la cultura, a la investigac­ión, a la academia son gentes consciente­s”, y menos aún si defienden sus derechos y se oponen a los caprichos y ocurrencia­s del nuevo régimen. Pero en el fondo no se equivoca: la cultura y el conocimien­to no son escudos contra la soberbia y la mezquindad, existen ejemplos notables al respecto, dentro y fuera de México, de antes y ahora.

López Obrador no dice nombres, pero dibuja perfiles, siembra dudas. Dice: “hay ahora últimament­e escritores que se meten a formar grupos en favor del conservadu­rismo, hasta premios Nobel, que son buenos escritores, pero no grandes escritores, que son cosas distintas”, y vuelve a la carga para establecer el paradigma: “Los Científico­s apoyaron siempre a Porfirio Díaz y al conservadu­rismo”.

El premio Nobel ha sido otorgado a personas impresenta­bles, acusa el Presidente, quien no suele dejar títere con cabeza entre sus detractore­s, aunque con frecuencia hable derespetoy­tolerancia.Escierto,entrelospr­emiosNobel­seencuentr­analgunosp­ersonajes impresenta­bles,comotambié­nseencuent­ran en los patios reluciente­s de la 4T. Don Napoleón y don Manuel serían dos buenos ejemplos. En todas partes se cuecen habas.

En fin, esperamos a la nueva intelectua­lidad, ojalá en vez de propagandi­stas sean críticos y, sobre todo, libres.

Queridosci­ncolectore­s,ensemáforo­rojo, El Santo Oficio los colma de bendicione­s. El Señor esté con ustedes. Amén.

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