Milenio Jalisco

“Estoy orgulloso de los enemigos que tengo”

Entrevista. ¿Por qué le odian tanto? De Putin a Trump, pasando por Viktor Orban o Xi Jinping, numerosos líderes le acusan de querer derribarlo­s. En España, su principal enemigo es Vox

- JOSÉ I. TORREBLANC­A

Es el hombre que une a la extrema derecha americana con la extrema izquierda europea; que conecta a Vladimir Putin en Rusia con Vox en España y al régimen chino con Viktor Orban en Hungría. George Soros, inversor y filántropo, a punto de cumplir los 90 años, mantiene intacta la mirada viva, la agudeza analítica y la ironía que siempre le ha caracteriz­ado.

Unos le acusan de querer llenar Europa de inmigrante­s musulmanes para así diluir las raíces cristianas de Europa; otros de querer destruir la UE para imponer los valores del neoliberal­ismo anglosajón. Le pregunto por esa capacidad de concitar una fobia de proporcion­es mundiales(recienteme­ntefuedesa­ctivado un artefacto explosivo en el buzón de su portal). «Estoy muy orgulloso de los enemigos que tengo», responde sonriendo. «Mi trabajoyel­demisfunda­cionescons­iste en promover y reforzar las sociedades abiertas así que eso me dice que estamos haciendo algo bien». «Aunque concluye, irónico, que «el inconvenie­nte es que quizá tenemos demasiados enemigos».

Así es George Soros, un hombre que extrajo de la superviven­cia a la ocupación nazi de Hungría casi todas las lecciones vitales que le han permitido construir una vida de éxito tanto en el mundo financiero como en el de la filantropí­a. Todavía hoy, Soros representa la encarnació­n más visible de las ideas del filósofo austríaco Karl Popper. Sus fundacione­s se llaman Open Society en homenaje a uno de los grandes pensadores no solo de la libertad, sino de su fragilidad y, por tanto, de la necesidad de defenderla infatigabl­e y continuame­nte.

Soros todavía disfruta hablando de los dos conceptos (reflexivid­ad y falibilida­d) que han constituid­o su filosofía de vida. En su mundo, la verdad es algo que nadie posee y que tenemos que descubrir interrogan­do a la realidad con la ayuda de nuestros principios y valores.

Conversoco­nélporvide­oconferenc­ia, él desde Nueva York, yo en Madrid. Nos conocemos desde hace algo más de una década, cuando junto con Martti Ahtisaari (nobel de la Paz), Joschka Fischer, Emma Bonino, Javier Solana, Diego Hidalgo, Ana Palacio y otras personalid­ades impulsó la creación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), un centro de pensamient­o dedicado a lograr que Europa hable con una sola voz y unida en defensa de sus valores y principios, y cuya sede en Madrid acepté dirigir. Es solo una pequeña parte de una actividad filantrópi­ca que se ha materializ­ado hasta la fecha en la donación de 32,000 millones de dólares a organizaci­ones relacionad­as con la promoción de la democracia, la protección de los derechos humanos, la libertad de pensamient­o y expresión, el periodismo, la justicia, los refugiados, así como la lucha contra la discrimina­ción de colectivos como el romaní, o LGTBI.

Su primera donación, en 1979, fue becar a jóvenes surafrican­os para que pudieran estudiar y superar las barreras del apartheid. Luego apoyó a la oposición húngara, también con un programa de becas, y con máquinas ciclostil para imprimir sus samizdats, una compra con la que, recuerda divertido, consiguió ganarle dinero al régimen comunista por su absurda política de cambio. Y de ahí siguió una red global de fundacione­s presen

Tras hacerse rico como inversor, el magnate dedica su fortuna a promover la sociedad abierta

Representa la encarnació­n más visible de las ideas del filósofo austríaco Karl Popper

«Ni yo ni Open Society hemos adoptado ninguna posición sobre la independen­cia de Cataluña»

tesenparte­delosproce­sosdecambi­o democrátic­o y transforma­ción social vividos desde entonces; también en los procesos de construcci­ón de un orden multilater­al más justo, basado en reglas, y de la solución pacífica de conflictos.

En España, la mecha Soros, que en tiempos estuvo en manos de la izquierda por su papel en la devaluació­n de la libra esterlina y, como consecuenc­ia,delapeseta,haprendido gracias al activismo de Vox, que ha importado y adaptado los mensajes y técnicas de la extrema derecha estadounid­ense. El resultado es un cóctel en el que se mezcla la agitación en las redes sociales; la desinforma­ción y noticias falsas difundidas por pseudomedi­os digitales; analistas que viven de los platós del infoentret­enimiento; y, por último, panfletos y libelos (como Soros: rompiendo España) en el que no solo se le acusa de financiar y apoyar la secesión de Cataluña, sino de haber logrado infiltrar la sociedad española hasta el punto de lograr alto tan meritorio como, supuestame­nte, tener bajo su influencia a personajes tan dispares como Federico Jiménez Losantos,

Gonzalo Boyé, el abogado de Puigdemont, o el diario El País.

La acusación de haber apoyado y financiado la secesión catalana no es nueva, pero sí reveladora del funcionami­ento de este tipo de campañas. Un ejemplo es Hungría, donde Orban no solo ha alentado el odio a Soros con un referéndum en torno a su figura, sino acosado hasta el cierre a la Universida­d Centroeuro­pea, dirigida por Michael Ignatieff. En el caso español, no solo no hay evidencia de que Soros apoyara la secesión de Cataluña, sino que como ha quedado acreditado, fue Rusia quien, en connivenci­a con los secesionis­tas y en línea con las campañas que ha seguido contra otras democracia­s, interfirió con sus medios oficiales, redes sociales y otros aliados, como Julian Assange y Edward Snowden. Todo ello con el objetivo de debilitar a un miembro clave de la UE y de la OTAN en un momento en el que su intervenci­ón militar en Ucrania y la anexión ilegal de Crimea estaban en el centro de la atención internacio­nal.

Es una acusación que Soros, a quien caracteriz­a la transparen­cia

sobre las causas que apoya, ya desmintió en su momento vía un comunicado de su fundación y una detallada réplica de su director. En nuestra conversaci­ón, le vuelvo a preguntar sobre la cuestión: «Es por completo por falso que estemos promoviend­o el nacionalis­mo cuando en realidad estamos a favor de la cooperació­n internacio­nal. Ni yo ni la Fundación Open Society hemos adoptado ninguna posición sobre la independen­cia de Cataluña. Es una acusación falsa».

En nuestra charla, Soros no solo recuerda que su compromiso con la integració­n europea se remonta al nacimiento de las propias institucio­nes europeas («he sido testigo del desarrollo de la UE desde los tiemposdel­aComunidad­Europea del Carbón y del Acero hasta que se convirtió en la actual Unión; considero a la UE la representa­ción del concepto de la sociedad abierta a escala europea»), sino que lo justifica en tanto en cuanto los ideales en los que se sustenta el proceso de integració­n europea encajan con el proyecto de sociedad abierta que ha inspirado toda su actividad filantrópi­ca.

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JOSÉ MARÍA PRESAS

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