Bueno para músculos, bueno para la mente
Lo que es bueno para los músculos también puede ser bueno para la mente. El concepto de que la actividad física mejora la salud del cerebro está bien establecido. Muchos estudios científicos muestran que el ejercicio aumenta las neuronas en las áreas relacionadas con la creación y el almacenamiento de la memoria, mejorando también las habilidades de pensamiento al permitir que varias partes del cerebro trabajen juntas, a pesar de no tener conexiones físicas.
Por ejemplo, en corredores jóvenes y sanos se ha demostrado que áreas relacionadas con la atención, la toma de decisiones y la memoria de trabajo se sincronizan, lo que sugiere que correr y estar en forma podría a tener mentes más agudas.
Hasta hace poco, los científicos pensaban que en la edad adulta, los cerebros humanos estaban relativamente fijos en su estructura y función, en comparación con los tejidos maleables, como los músculos, que pueden modificar su forma en respuesta directa a la actividad física que hacemos. Pero experimentos recientes han demostrado que los cerebros de los adultos tienen la capacidad de moldearse, reconectarse y reformarse de varias maneras, dependiendo del estilo de vida. Así lo revela un estudio realizado en el Departamento de Neurociencias de la Universidad de Rutgers en Newark, Nueva Jersey.
El estudio se realizó en voluntarios mayores de 60 años que no hacían actividades físicas regularmente. Algunos comenzaron a hacer ejercicio, mientras que otros optaron por ser parte del grupo de control sedentario. Todos compartían una función de memoria y estado físico similar. El grupo de ejercicio asistió a clases de danza aeróbica de una hora dos veces por semana durante 20 semanas.
Los científicos rápidamente notaron diferencias sutiles en cómo funcionaban los cerebros de los voluntarios activos, mostrando una actividad más sincronizada en sus cerebros. Igualmente, esos cambios se desarrollaron en el pensamiento y la memoria. Los deportistas se desempeñaron mejor que antes en una prueba de su capacidad para aprender y retener información y aplicarla de manera lógica en situaciones nuevas. Con estos resultados se podría considerar que las células del cerebro tienen capacidad de modificar sus funciones, esto es flexibilidad, la cual se puede obtener haciendo ejercicio unas cuantas veces a la semana, mejorando directamente en la flexibilidad de la memoria.
Un solo entrenamiento moderado puede cambiar inmediatamente la forma en que funciona nuestro cerebro y qué tan bien reconocemos nombres comunes e información.
Los resultados amplían nuestra comprensión de cómo el movimiento moldea el pensamiento y también subrayan la importancia de mantenerse activo, sea cual sea nuestra edad.
Este estudio se suma a la creciente evidencia de que el ejercicio puede tener efectos rápidos en la función cerebral y también que estos efectos podrían acumularse y conducir a mejoras a largo plazo en cómo funcionan nuestros cerebros y principalmente la memoria.