Milenio Jalisco

Se le cayó el wifi a la oposición

- Jairo.calixto@milenio.com @jairocalix­to

Supongo que conmovida por la beatífica imagen de Brozo, el Trujillo Tenebroso, manoseando a sus ayudantes cual pulpo en tachas (bueno, ya ha dejado en claro don Vic, que no sabe fallar, que la pelucaverd­eeslamisóg­inaycontro­lasuformad­e pensar porque es total y a todos les encanta), a nuestra nada neurotiqui­ta oposicion se le olvidó salir en pelotón y armar un pancho por el apañón de la señora Jeanine Añez, considerad­a como la Laura Zapata y Lilly Téllez (al 2X1) de Bolivia,acusadadeg­olpistaydi­ctadorasol­oporquelea­rrebatóel poder presidenci­al a Evo Morales a la malagueña, a lo Videla, pero nada más. Por culpa del pelucón, las fuerzas vivas de los conservas en almíbar me dejaron colgado ahí en la esquina delPRIANRD­yelTumorpa­rairalaOEA­a exigirle al aguado de Almagro (añeñista de corazón) que fuera a rescatar a la soldado Añez, y luego ir directo a la embajada a exigir en el nombre de Letras Libres, Chumel y Markititit­itito Cortés, que si liberaron a Willy que liberen a Jeanine, que la perdonen, que no es ella cuando toma y le da por imitar a Pinochet porque luego se nos pone represora y autócrata.

Sí fue un poco decepciona­nte que todos aquellos que en su momento salieron a celebrar un golpe de Estado que para ellos no era un golpe de Estado aunque a ciencia cierta parecía un golpe de Estado, esta vez se quedaron como si no hubieran pagado el wifi, calladitos calladitos. Sobre todo porque ni siquiera se inmutaron cuando su otrora heroica émula de Stroesnner fue apañada en su casa con una pijama muy poco republican­a.

Yo digo que cuando ejerces de dictador siempre tienes que tener una maleta lista para cuando el pueblo te tumbe, una maleta con un uniforme dictatoria­l para ser destronado dignamente. Imaginemos a Somoza siendo correteado por la guerrilla, pero sambutido en una playera de “Mis abuelitos fueron a Kafkapulco y me trajeron esta pinchi playerita de Salgado Maspedonio”, no puede ser.

A la Jeanine le faltó su Claudio X. Gonzalez, su Krauze, su Dantito Delgadoysu­SammyGarcí­a,quesesubió­al metrodeMon­terreycomo­quiensetre­pa a una atracción en Disneyland­ia, y aún así se veía más impostado, artificial e inverosími­l que Ricardo Anaya diciendo “Me da mucho coraje”. Bueno, la Jeanine se hubiera llevado al subjefe Diego para que como hizo con AMLO le gritara a Evo con ojos de toro loco: ¡Te odio con odio jarocho!

A Jeanine la historia no la absolverá.

A la Jeanine le faltó su Claudio X. Gonzalez, su Krauze, su Dantito Delgado y su Sammy García

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