El rearme nuclear de Johnson
Plan Trident. El premier aumenta 40% el arsenal atómico de Reino Unido, lo que pone fin al desarme iniciado hace 30 años; etiqueta a Rusia de «Estado hostil»
Boris Johnson decidió ayer reposicionar al Reino Unido en el mundo con una inusual apuesta: aumentando su arsenal nuclear y poniendo abruptamente fin al desarme iniciado hace 30 años, en las postrimerías de la Guerra Fría. El Gobierno británico ha revisado a fondo su política de Defensa y ha decidido subir un 40% el tope de ojivas nucleares del programa Trident (de 180 a 260).
El secretario de Exteriores, Dominic Raab, justificó la medida como «la definitiva póliza de seguros» contra las amenazas internacionales. «Cuando las circunstancias cambian y las amenazas cambian, necesitamos mantener un nivel mínimo y creíble de poder disuasorio», declaró Raab, a la hora de argumentar el «rearme» nuclear del Gobierno de Boris Johnson.
En el documento de política integrada de defensa presentado por el premier en el Parlamento, Rusia se define abiertamente como un «Estado hostil» y el aumento del arsenal nuclear se defiende «en reconocimiento de un entorno de seguridad cambiante». El rearme nuclear ha causado estupor no sólo entre sus aliados de la OTAN y en la comunidad internacional, sino sobre todo en Escocia, donde los submarinos atómicos Trident (fondeados en la base naval de Clyde, cerca de Glasgow) agitan periódicamente el fantasma de la Guerra Fría.
«Estamos ante una política de defensa totalmente desfasada», advirtió el portavoz del Partido Nacional Escocés, Stewart McDonald, que acusó directamente a Johnson de «violar los compromisos del tratado de no proliferación de armas nucleares». Reino Unido es de hecho el quinto país del mundo por el número de cabezas nucleares, por detrás de Rusia (4,300), Estados Unidos (3,800), China (320) y Francia (290).
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, cuestionó por su parte la decisión de Johnson alegando que «rompe con el objetivo de sucesivos primeros ministros y de todos los partidos de reducir el arsenal nuclear» y que «no responde a un interés estratégico».
«Cuando el mundo está intentando emerger de la pandemia, no es el momento de empezar una nueva carrera de armas», advirtió por su parte Kate Hudson, al frente de la Campaña para el Desarme Nuclear (CND). «El Gobierno tiene problemas de dinero y lo último que necesitamos es un dispendio grandioso en armas de destrucción masiva».
La revisión integrada de defensa y política exterior prevé un rearme estimado inicialmente en 11.600 millones de euros, en respuesta sobre todo a «la grave amenaza para nuestra seguridad» planteada por Rusia, definida en el documento como «Estado hostil». La nueva política de defensa propone «una disuasión y una defensa activa contra todo el espectro de amenazas» del Gobierno de Vladimir Putin, desde los ciberataques a la presencia de submarinos en el Canal de la Mancha.
Boris Johnson ha sido sin embargo bastante más condescendiente con China, pese a las presiones del ala dura del Partido Conservador. «No hay duda de que China plantea grandes retos para una sociedad abierta como la nuestra», reconoció el premier en su intervención en Westminster. «Pero trabajaremos con China de una manera que sea consistente con nuestros intereses, incluida una relación económica positiva y más fuerte y una acción ante el cambio climático».
El documento integrado de Defensa reconoce a China como «un Estado autoritario», y aun así advierte que su ascenso internacional es «el mayor factor geopolítico hoy en día» y que su contribución a la economía mundial
Entre las amenazas están los ciberataques y los submarinos de Putin
Califica a China de país «autoritario», pero el trato es más condescendiente