La moción de Inés y Pablo
obligaciones,ymenosaúnungesto de vanagloria, sino una necesidad para la seguridad y la prosperidad delosbritánicosenlasdécadasque tenemos por delante». El documento de defensa postBrexit dedica un capítulo a Los vecinos y aliados europeos y anticipa «nuevas maneras» de trabajar con la UE, aunque identifica a Alemania y Francia como socios clave. «EEUU seguirá siendo nuestro mayor aliado», recalcó Johnson en su intervención en el Parlamento, y a continuación confirmó la intención del Reino Unido de solicitar su ingreso en el Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico. Johnson anticipó una ofensiva diplomática para intensificar los vínculos políticos y económicos con Japón, India, Corea del Sur y Australia como contrapeso a China.
El salto de la rana –o del sapo, por no degradar a la batracia– de Pablo Iglesias desde la piscina solariega de Galapagar a la Puerta del Sol ha sido tan antiestético como el de El Cordobés, o como ese vídeo promocional en sede monclovita, un delito electoral tan zafio como su atuendo y como su mano izquierda por debajo la mesa y a la altura de la ingle argumental. Le faltó decir como en el mitin célebre «aquí estamos mis pelotas y yo…», pero al macho alfa del rebaño morado se le entiende todo. Yo no sé si escapa del aburrimiento o de los niños, a los que, por lo que dijo hace poco Irene, no atiende demasiado. En su ritual elogio a las mujeres (de izquierdas, las otras no lo son) citó como ayuda a su madre, a su suegra, al servicio y a ella misma, todas mujeres, recalcó, como si Pablo no ayudara o no viviera allí. También puede ser la crisis de los cuarenta, volviendo al patio a quitarle la nocilla a Errejón. Pero entre tantos comentarios sobre su personalidad, creo que se nos escapa la función esencial de su candidatura, que es unirse a la moción de censura contra Ayuso del PSOE, Inés y Errejón. Una operación que continúa, continuará y triunfará si el PP sigue tan lelo como en Murcia, o en Madrid, que, si no es por Ayuso, hoy estaría ya en manos social-comunistas, con Aguado como presidente de escaparate.
Lo que ha hecho Iglesias es unirse, por la cara y porque ÉL lo vale, al asalto a los cielos de Madrid urdido por Sánchez & Arrimados. Por supuesto, el narciso inguinal también quiere salvar su partido y demostrar que Íñigo-Pedrín nunca se atreverá a plantarle cara a Roberto Kremlin, el Capitán Trueno de Todas Las Checas. Pero se ha colado como polizón en el buque de poder que zarpó con la traición de Inés a los cuatro gobiernos que compartía con el PP. Ayuso salvó in extremis la moción que, con Aguado como candidato, preparaba Cs, y a la que se unirían socialistas y comunistas. Marina Bravo, secretaria general, recogía firmas en la Asamblea el mismo miércoles en que saltó lo de Murcia, como confirmaron ayer a EL MUNDO los dos diputados que dejaron el partido.
Pero anteayer, los críticos Begoña Villacís y Juan Marín se pasaron a Inés. Y Toni Cantó, que pedía unirse al PP para defender Madrid, se largó, asqueado. Es lo mismo votar a Inés que a Pablo: todo irá al mismo saco electoral. A los hombres del saco de La Moncloa, de Caracas… y de Lledoners.
Es lo mismo votar a Inés que a Pablo: todo irá a los hombres del saco de La Moncloa