Victoria y los policías de Acatic
Una más de policías en Jalisco. Y es un tema de contrastes. Mientras una valiente uniformada de Guadalajara pierde la vida en el cumplimiento del deber, presuntos policías de Acatic terminan siendo arrestados por estar involucrados en la desaparición de una familia.
Primero lo primero, porque honor a quien honor merece. Victoria Isabel
Sánchez Torres, de 33 años, murió a consecuencia de las heridas de bala que recibió durante un tiroteo contra criminales a quienes les marcaron el alto la tarde-noche del lunes en la avenida Revolución, en Guadalajara. Vicky, como era conocida, no sobrevivió a dos infartos producto de las lesiones. La muerte de la valiente policía municipal de Guadalajara, con al menos diez años de servicio y una hija chica, nos recuerda que hay mujeres y hombres que se arriesgan por cuidarnos; que ponen en vilo su vida por retirar de las calles a los malosos, como los cuatros hijos de p... que viajaba en un taxi en el que además llevaban armas y droga.
Vicky, Victoria, merece no sólo el reconocimiento por su labor, y la tristeza colectiva por su muerte, sino que nos obliga a recapacitar en todo el daño que nos causa el permanecer callados ante el avance criminal.
Y mientras una mujer policía muere, y su compañero está grave en un hospital, resulta que unos criminales que se disfrazan para cobrar como policías están relacionados, directa o indirectamente, con la desaparición de tres adultos y dos menores de edad, en un suceso que no ha sido aclarado, pero que por desgracia tiene visos de convertirse en una tragedia.
Son Vicky y su compañero la cara reluciente de una moneda; y los policías de Acatic la cara manchada de una misma realidad.
Lo he dicho antes, y lo repito: es hora de que en serio se trabaje por desaparecer cuerpos de policía municipales ineficientes y susceptibles a la corrupción. Tal vez sea imposible borrar de un plumazo 125 corporaciones en Jalisco, pero se tendría que revisar a fondo cuáles policías son realmente eficaces, y cuáles son simplemente un instrumento de la delincuencia, y que por lo mismo deben desaparecer.
Que el sacrifico de Victoria y de todos los buenos policías no sea en vano.
Primero lo primero, porque honor a quien honor merece