Pago injusto
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U n segundo bastó para que cambiara la vida de un centenar de familias en la Ciudad de México. Como todos los días, abordaron la Línea 12, inaugurada hace apenas nueve años, sin saber que serían protagonistas de una de las mayores tragedias en la capital del país, víctimas de la negligencia y corrupción de las autoridades.
Más de una veintena de vidas cobró el desinterés de los gobernantes en turno por atender una denuncia ciudadana que tiene años en el cajón.
Por muy impactante que fue el accidente, para pocos fue una sorpresa. El mal estado de la estructura había sido señalada en múltiples ocasiones y el colapso terminó siendo el clímax de una desgracia anunciada.
Las fotografías y listas de nombres que circularon en redes sociales durante las primeras horas después de la caída se fueron incrementando poco a poco, y así fuimos conociendo el destino de quienes estaban desaparecidos. El padre de Nancy, de 22 años, después de pasar toda la noche buscándola, finalmente fue notificado de que estaba entre las víctimas mortales; al igual que Brandon Giovanni, de 13 años, que habló con su madre por teléfono unos minutos antes de morir.
Quienes ven en el servicio público la oportunidad perfecta para lucrar y hacer sus negocios “en lo oscurito” no se dan cuenta (o no quieren darse cuenta) que la corrupción también mata, y se convierten en homicidas al firmar y aprobar obras públicas que ponen en riesgo a los ciudadanos de a pie, que todos los días salen a trabajar para ganarse la vida y se ven obligados a utilizar un servicio e infraestructura deficiente ante la imposibilidad de utilizar otro medio de transporte.
La exigencia por justicia se oye más fuerte que nunca por la impunidad que ha prevalecido en otros hechos lamentables que han sido responsabilidad de las administraciones públicas, como lamuertede49menoresenlaGuardería ABC y los decesos ocurridos por el desplomedeedificiosirregularesenelsismo de2017,comoenlaescuelaEnriqueRebsamen(yacayóladirectora,¿ylosfuncionarios implicados para cuándo?).
La corrupción en México es uno de los peores males, y nuevamente cobra factura a quienes no la deben; esta vez, pagaron con sus vidas.
La corrupción cobra factura a quienes no la deben