¿Para qué tanto misterio?

No entiendo las razones por las cuales el entrenador de la selección mexicana de futbol Sub-23, Jaime Lozano, no expone de propia voz y con claridad los nombres de los tres refuerzos mayores de esa edad que el reglamento de competición de los Juegos Olímpicos de Tokio le permite.

Todo lo que se sabe de este tema proviene de filtraciones o chismes, o de plano se genera en el nebuloso mundo de la especulación.

Si Lozano tiene como primer criterio de selección a jugadores que actúan en equipos del futbol europeo y se sabe que no será nada sencillo conseguir los permisos de esos clubes (pues el torneo olímpico se empalma con el arranque de sus campeonatos) para que éstos se incorporen al equipo, pues basta con dar una lista de jugadores alternos que en este caso pertenezcan a equipos de la Liga Mx.

Quizá todo lo tenga muy claro en su cabeza el zurdo ex jugador de entre otros equipos Pumas y Cruz Azul, pero creo que los aficionados se merecen un poco más de claridad acerca de lo que pretende en este punto. Como sea, nadie cuestiona la versión de que Lozano recurrirá a Guillermo Ochoa como portero de experiencia y buen momento. Así que habría que instalarnos en que solo faltan los nombres de los otros dos. Las opciones nacionales parecen limitarse al mediocampista Luis Romo (Cruz Azul) y al delantero Henry Martín (América).

Pero las versiones que no aclara Lozano o Gerardo Torrado o cualquier otro directivo involucrado, es si lo que en realidad se pretende es a Héctor Herrera (Atlético de Madrid) o a Andrés Guardado (Betis) y a Hirving Lozano (Nápoles) o Jesús Tecatito Corona (Porto) y todavía no se agotan las gestiones para conseguir que los liberen. Tampoco se sabe mucho de las gestiones por Diego Laínez, que da la edad pero juega en el Betis de Sevilla de la Liga española.

A nadie le haría daño que Lozano actuara con transparencia absoluta.

Los aficionados se merecen más claridad acerca de lo que pretende en este punto