El enemigo está muy dentro
Es absolutamente documentable que la selección de futbol de El Salvador que fue derrotada por su similar mexicana la noche del domingo pasado en Dallas, Texas, juega sustancialmente mejor que muchas otras versiones de la misma en lo que va de este siglo.
Se trata, el centroamericano, de un equipo muy dinámico, agresivo, respondón tácticamente, valiente al momento de generar presión consistente al rival cuando éste sale desde su zona defensiva con toques cortos de balón. Ya lo veremos en la eliminatoria mundialista rumbo a Qatar 2022 que está por comenzar.
Pero aún enfrentado a un equipo con estas características, la Selección que dirige Gerardo Tata Martino debió de haber resuelto con mayor holgura el enfrentamiento que solo ganaron un gol a cero.
No reconocer que hace falta mucho trabajo en la zona generadora de futbol ofensivo, especialmente al momento de meter la pelota en el arco enemigo, sería un terrible error. El equipo mexicano padece de un eficiente trabajo de tipo colectivo, pero también de la puesta a punto en lo individual.
No entiendo los elogios que se dirigen, durante las transmisiones televisivas, a Héctor Herrera o al mismo Orbelín Pineda. Pueden ser jugadores que tengan chispazos de creatividad, habilidad o hasta detalles geniales. Pero lo suyo, lo que los hace ser realmente notables, es la regularidad y consistencia. En ambas cosas los dos presentan fallas.
Y así la totalidad del plantel. Pero hace mucho que no se profundiza ni se particulariza con seriedad la crítica al desempeño de cada jugador seleccionado. Lo que impera son chistes, descalificaciones.
Le corresponderá a los jugadores y al propio seleccionador ejecutar su propia autocrítica a detalle. Ojalá que decidieran compartirla con los medios y aficionados. Es tiempo ya de que en el futbol mexicano se aprenda a hablar a fondo de táctica y estrategia. Hay que ver mejor este deporte que tanto nos apasiona.
Le corresponde a los jugadores y al seleccionador ejecutar su propia autocrítica