La ‘operación Gredos’ de Casado
Mañana cumplirá tres años al frente del PP y lo celebrará planteando un nuevo impulso a su oposición desde el Parador de Gredos, cuna de la Constitución
Arranca su cuarto año de líder en busca de «comenzar la fase de la alternativa»
«No os voy a defraudar». El 21 de julio de 2018, Pablo Casado obtuvo el voto de 1.701 compromisarios en el congreso nacional del PP, por los 1.250 de Soraya Sáenz de Santamaría. Tres años después, el líder del principal partido de la oposición quiere dar el impulso «definitivo» a su formación para consolidarla como líder de las encuestas y única «alternativa posible» a un Pedro Sánchez al que en Génova ya ven como un «pato cojo», a pesar de que afronta dos años más de legislatura, con un Gobierno renovado y poblado de ministras sin apenas mochila pandémica.
Cumplido su primer trienio al frente del PP, Casado reunirá este miércoles a la Junta Directiva Nacional del partido en el Parador de Gredos, un lugar simbólico porque fue allí donde se redactó la primera ponencia de la Constitución, lo que le servirá para «reivindicar su vigencia». «Comienza la fase de la alternativa», le dirá Casado a la plana mayor del PP en su discurso, según ha podido saber EL MUNDO.
El sondeo de las opiniones de los líderes populares permite concluir que el partido vive un buen momento interno. Los barones, diputados, asesores, ex ministros, alcaldes, concejales y dirigentes orgánicos consultados coinciden en que ésta es «la mejor» etapa desde que Casado lleva las riendas. Eso sí, le piden que se visibilice más «como alternativa que como recambio». Y que «afiance su liderazgo».
Casado es consciente de que el rumbo que marque hasta la convención programática de octubre será vital para su futuro. Aunque en público pida cada día elecciones, en privado el presidente de los populares ya le ha transmitido a su equipo su intención de iniciar una nueva «etapa» para relanzar su labor de oposición. Les ha dicho a sus colaboradores que «después de una travesía del desierto de tres años» su discurso del miércoles en Gredos afinará el rumbo: «En estos tres años se ha consolidado el poder territorial, la hegemonía en el centroderecha y la unión en el partido». Esto se lo atribuye a su número dos, Teodoro García Egea, que pilota la renovación territorial bajo la premisa de que «sin partido no hay Gobierno». «Con esas tres fases ya concluidas, comienza ya la fase de alternativa, con una convención abierta a 400 personas de la sociedad civil para consolidar el cambio que anticipan los sondeos», ha transmitido Casado.
Y si esa «cuarta fase» cuaja en la convención de octubre, «llegaremos a la quinta: el cambio», ha resumido. «Para que la fase de cambio triunfe, lo que tiene que ocurrir es que haya también un desgaste del Gobierno, y eso ya se ha producido. Era lo más difícil: que hubiera ganas de cambio en la sociedad», ha asumido el líder del PP, según ha podido recabar este diario.
En Ávila, ante el núcleo duro de Génova –de manera presencial– y los barones y los alcaldes –vía telemática–, Casado dividirá su nuevo plan en dos ejes: «Reformismo e institucionalidad». Tras pisar el acelerador y elevar el tono de la crítica al Ejecutivo por los indultos, ahora sus intervenciones van a ser «más propositivas», ha prometido. Sin dejar de cargar contra el Gobierno, pero buscando al tiempo el centro, para configurar una «agenda alternativa» de leyes que sirvan como programa de Gobierno ya desarrollado en el Parlamento.
El líder de la oposición ofrecerá a Sánchez seis pactos: una reforma del Código Penal, una ley de pandemias, reformas económicas, un punto de encuentro educativo, renovar el CGPJ con sus condiciones y una declaración conjunta sobre Latinoamérica. «Esto se engloba en reformismo y refuerzo de la institucionalidad», que serán los ejes del discurso de Casado ante su directiva, «haciendo balance» de sus tres años al frente de la formación. «Ahora Sánchez me ha dejado todo el centro entero; lo ha perdido», ha enfatizado Casado en privado. «El centro es la clave, claramente. Hemos acabado con Cs, hemos puesto en su sitio a Vox y hemos abierto la puerta al electorado del PSOE», resumen en Génova.
Cunde cierta euforia en el PP, como se ve. No demasiada, porque la experiencia de estos tres años no ha sido precisamente placentera, sobre todo desde que el hundimiento electoral de 2019 le hiciera perder el eje. El lunar lo señala una de las cabezas pensantes del partido: «El liderazgo personal de Casado sigue sin florecer. La gente en el partido coincide en que Ayuso sí es una líder y Casado no; él debe pasar de recambio a alternativa real». «Pero los liderazgos se construyen en el Gobierno», concede.