Y el grito sigue ahí
Tarde, pero al fin la Federación Mexicana de Futbol entendió que debe hacer mucho más que una endeble y nada creativa campaña de llamados a los aficionados para que dejen de gritar “Puto” cada que el portero rival, en los partidos de la selección nacional, despeja un balón.
Estos llamados, concretados por mensajes leídos por la voz oficial del estadio en turno, o a través de imágenes proyectadas en las enormes pantallas, o por mantas o pancartas mostradas por los jugadores desde la cancha hacia las tribunas, no son ni han sido suficientes ni efectivos.
Cada que un grupo de aficionados “rebeldes” decide volver a gritar “Puto” cuenta con la colaboración de miles más que se toman a guasa la advertencia o de plano, en una especie de pacto suicida deciden lanzarse a un precipicio en el que solo encontrarán dolor.
Como seguramente usted está enterado, además de con sanciones económicas, la FIFA ha decidido enfrentar este desafío de los aficionados con la prohibición de que el público pueda acceder a las tribunas en determinados partidos de la Selección como local.
Tal era el caso de los dos siguientes compromisos del equipo nacional en la eliminatoria rumbo a Catar 2022. Pero la tarde del lunes pasado, el presidente de la FMF, Yon de Luisa, anunció en rueda de prensa que este castigo quedaba suspendido gracias a una apelación presentada ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
El compromiso de la FMF no es el de abrir las tribunas de esos dos partidos de forma masiva, sino el de solo permitir el acceso de 2 mil personas invitadas, es decir, sin que hayan tenido que comprar un boleto. Con estos pocos aficionados, que estarán debidamente registrados, se harán dinámicas que promuevan “la sana convivencia” y no incurran en “actos discriminativos”. Y a quienes, pese a esto, decidan gritar el insulto referido, se les retirará de inmediato y no podrán volver a entrar a un partido de la Selección en cinco años.
Quienes decidan gritar el insulto, no entrarán a un partido de la Selección en 5 años