Milenio Jalisco

Cada 12 horas, una toma de en zona

Guanajuato. En el primer trimestre del año aumentó 93% la identifica­ción de perforacio­nes ilegales en ductos de Pemex

- AVELINA GUEVARA

En Guanajuato, tierra de El Marro, cada 12 horas se detecta una nueva toma clandestin­a de gasolina, por lo que la Secretaría de la Defensa Nacional supervisa los 832 kilómetros de ductos de Pemex que atraviesan la entidad.

Solo en el primer trimestre de este año la localizaci­ón de tomas ilegales aumentó 93 por ciento, según datos del Instituto para la Gestión, Administra­ción y Vinculació­n Municipal.

Las últimas cuatro tomas se detectaron entre el 18 y el 24 de julio en el poblado de Refugio

de Rivas, Pénjamo; en La Luz de Orozco, Cortazar, donde también se localizó una cisterna con 18 mil litros de combustibl­e; y en la comunidad de Cárdenas, Salamanca. Estos tres municipios, sin embargo, no son los peores.

El teniente Abisay Muñiz

Flores, de la 16 Zona Militar, ubicada en la comunidad Sarabia, en Villagrán, cuenta a MILENIO que los municipios con más descubrimi­entos de tomas clandestin­as son Irapuato, con 47; Apaseo el Alto, con 28, y Silao, con 26.

“Todos de enero a marzo”, remarca mientras muestra algunas de las herramient­as que utilizan los huachicole­ros para perforar ductos, donde sobresalen las elaboradas de forma artesanal.

“Lo primero que hacen es soldar un cople y para eso usan el tapping machine, una herramient­a que ellos crearon con tubos de metal para perforar los ductos”, explica el teniente Muñiz y enseña una suerte de pinzas gigantes de presión.

Las tomas clandestin­as se detectan con el sistema del flujo de cada ducto. “En Pemex verifican la presión y, si identifica­n un bajo nivel, notifican a la Defensa Nacional y acudimos al lugar.

“Normalment­e, para esconderse de nosotros, los criminales perforan ductos que pasan por tierras de cultivo y áreas despoblada­s; lo hacen en las noches (...) Cuando los huachicole­ros perforan, para que no se note el resplandor de la soldadura, se cubren con una lona”.

Abrir una toma es muy riesgoso, ya que un error durante el proceso puede provocar una explosión en el lugar. “Hay veces que no soldan bien el cople que conduce al ducto y es cuando se fuga el hidrocarbu­ro. Si alguien está fumando, se incendia todo el lugar”, dice el teniente tras llegar al ducto, ubicado en los límites de Guanajuato y Michoacán, y que ha sido perforado varias veces.

“Este lugar se presta para el robo de combustibl­e porque el ducto está expuesto y porque está la autopista”, explica otro militar. “Acá no hay gente. Hay árboles que cubren a las pipas. Cargan y se van para Celaya”; además, agrega que cada 20 kilómetros hay una válvula y es ahí donde los ladrones de gasolia atacan más.

Si bien la localizaci­ón de tomas ha aumentado, el huachicole­o no cesa en la zona de influencia de El Marro. En el primer semestre del año se han recuperado 700 mil litros de combustibl­e robados, principalm­ente en la región Laja-Bajío; los últimos 20 mil fueron hallados en la comunidad Rincón de Centeno, Juventino Rosas.

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AVELINA GUEVARA Personal del Ejército muestra un sitio de ordeña creado por criminales. A la derecha, otro en la misma entidad.

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