Qué prueban y qué no los vídeos
La Guardia Civil admite ‘devoluciones en caliente’ reconocidas en varias sentencias
Desde que se produjo, Fernando Grande-Marlaska siempre ha intentado alejar de su ministerio la tragedia de la valla de Melilla. Mantuvo a raya los daños colaterales que pudieran tener para España las muertes, en junio, de 23 migrantes según la versión oficial –las ONG elevan la cifra a más de 70– e intentó transitar con un discreto ruido de explicaciones la inflamación de los partidos de la oposición, a los que nunca ha convencido su versión.
En estos cinco meses, el ministro del Interior ha procurado derribar toda construcción alternativa a su relato: que no hubo fallecidos en el lado español y que la actuación policial transcurrió en base a la legalidad. Como mar de fondo, ha tenido que bregar con la embestida del Defensor del Pueb l o –que le acusó de deportaciones ilegales y masivas–, con la insistencia del Parlamento Europeo para que comparezca y explique qué sucedió y el desprecio de las organizaciones humanitarias. Estos contratiempos a su gestión se encadenaron con cierta discreción. El martes pasado, la BBC rompió la tendencia y devolvió la tragedia, con más fuerza y más exposición mediática, a la mesa de Grande-Marlaska.
La cadena británica situaba a algunos migrantes fallecidos en junio en una zona bajo control español. La emisión del documental alimentó la versión alternativa y dio gasolina a la oposición. Los sucesos de la valla ocuparon, de nuevo, el primer puesto de la agenda del ministro. El documental coincidió con la visita de la Comisión de Interior a Melilla –estaba programada desde hacía un mes– lo que le dio una mayor profundidad y trascendencia. Pero, ¿qué sucedió el día 24 de junio en el paso fronterizo? ¿qué prueban o no los vídeos de las actuaciones? El equilibrio bascula en diferencias sutiles pero cruciales.
Fuentes de la Guardia Civil consultadas por este periódico reconocen que si se ve a los gendarmes en la parte española de la valla es porque, efectivamente,